Conozco a varias amantes de los animales que son unas auténticas guerreras. Entregan sus vidas, sus horas y sus preocupaciones al cuidado, recogida y recuperación de los gatos que no hacen más que aparecer en las calles: recién nacidos o abandonados. Su voluntad y su corazón les hace no mirar a otro lado, sufren y por eso no pueden dejar en la calle ni obviar todas esas historias de maltrato o de mera irresponsabilidad.
Ellas -lo digo en femenino porque las que conozco son mujeres- están asumiendo por querencia un problema del que es responsable la Ciudad Autónoma, esa que en los papeles consta como ‘ciudad libre de maltrato animal’ pero que en el fondo desatiende las funciones debidas en torno al cuidado de los animales. No sanciona adecuadamente los abandonos porque ni siquiera los investiga ni persigue, tampoco los casos de maltrato, ni da una solución de acogida a las decenas de casos que se producen prácticamente a diario en nuestras calles. Los programas de castración no se han seguido con responsabilidad. Aquí en Ceuta hemos pasado de tener una Consejería de Sanidad cuyo titular no disimulaba el desagrado que tenía hacia los gatos a otra que parece superada con todo esto. Hemos pasado de mirar hacia otro lado ante la desaparición sospechosa de muchas colonias o de zonas en las que había acumulación de gatos a ignorar los continuos abandonos, camadas descontroladas y demás.
Se permiten casos de maltrato animal a diario que no obtienen ni sanción ni castigo
Que se encarguen ‘las locas de los gatos’, dirá más de uno, aprovechándose del sufrimiento, de lo mal que lo pasan muchas personas que son incapaces de desatender casos como los ocurridos en las últimas horas: una bolsa de obra abandonada a la puerta de una casa con cinco crías en su interior; gatos domésticos de los que se cansan sus dueños en cuestión de meses y los dejan en la calle como si su vida no fuera con ellos cuando asumieron una responsabilidad al adoptarlos; o, el colmo, casos de agresiones en plena vía pública que no son sancionadas ni corregidas.
Se mira a otro lado con los casos de gatos abandonados, se obvia una responsabilidad oficial
Tenemos un problema serio de maltrato animal en esta ciudad que no quiere ser ni erradicado, ni castigado. Lavarse las manos esperando que otros actúen es de hipócritas, como poco.