“No podemos permitir que se pierda el Príncipe”

Esa es la consigna que se han marcado las dos administraciones que, tras la última junta de seguridad, han acordado el reparto de competencias en la zona.

El Príncipe lleva siendo protagonista informativo durante demasiados meses por hechos delincuenciales que comprenden desde el apedreamiento masivo contra la autoridad hasta los tiroteos indiscriminados. La última junta de seguridad, celebrada esta semana, ha dejado una consigna clara encima de la mesa: “No podemos perder el Príncipe”. En ese objetivo trabajarán las dos administraciones para, dentro de sus competencias, retomar la tranquilidad que ha convulsionado a un barrio con más de 10.000 habitantes. Estas son las claves de la actuación que en las próximas semanas quieren llevar a cabo Delegación y Ciudad. Una comisión formalizará, en breve, las funciones que le toca desempeñar a cada una.

LAS CLAVES

Seguridad: Se han perdido enteros
A nadie escapa que el Príncipe sufre, desde finales del pasado año, un repunte en la inseguridad. La multiplicación de los tiroteos sumada al excesivo número de apedreamientos integran un cóctel molotov con efectos perniciosos. Las portadas de los medios de comunicación señalan, un día sí y otro también, la existencia de estos altercados lo que incide directamente en la visión que el ciudadano tiene de su seguridad. Y esa visión ha perdido demasiado enteros. La gente, y no sólo la del Príncipe, se muestra insegura. Los colectivos afectados por los apedreamientos amenazan con no subir a la barriada y la clase política, en especial la UDCE, empieza a pedir soluciones. Es por ello que una de las principales metas acordadas en la reciente junta de seguridad pasa por recuperar el espacio perdido. Habrá un incremento en el número de policías nacionales y guardias civiles de uniforme que se ven en las calles del Príncipe. A éstos se les sumarán los que no se ven pero que desde hace tiempo desempeñan un trabajo de información. La duda está en la inclusión de policías locales en ese incremento de vigilancia visual. La falta de competencias en materia de seguridad ciudadana choca con el empleo de agentes antidisturbios en el lugar.
Detenciones: Seguir en la línea
24 horas después de la celebración de la junta de seguridad, la Guardia Civil anunciaba la primera de las detenciones. La de ‘Markitos’, presuntamente por instar a que decenas de jóvenes recibieran a la Benemérita a pedradas cuando seguían un vehículo robado. Dicha detención no fue circunstancial. Las fuerzas de seguridad han recibido órdenes de seguir en esta línea, de ahí que los servicios de información estén tomando como prioritaria la detección de quienes lanzan piedras. Todo o casi todo vale a la hora de obtener pruebas para dar con las personas que o bien apedrean o bien están detrás de los altercados. Porque una cosa tiene clara la administración central: el lanzamiento de piedras obedece a un porqué, es una acción organizada y tiene como objetivo el rechazo a la presencia policial. El afán perseguido es el de llevar ante el juez a quienes participan en estos actos. La repetición de las detenciones podría provocar un cambio en la concepción judicial que hasta ahora se le da a este delito. Es lo que esperan las fuerzas de seguridad.
Orden: Acabar con el caos
Además del avance en la mejora de la seguridad, competencia de la Policía Nacional y la Guardia Civil; el Cuerpo Local de Policía también se lleva su parte. Y es que la Ciudad deberá trabajar en devolver el orden municipal a la barriada del Príncipe. Esto se traduce en el control sobre las viviendas ilegales, sobre los comercios sin licencia y sobre todas aquellas acciones que no cumplan con las ordenanzas. No es que quienes las incumplen lancen piedras o tiroteen, pero se trata de completar la acción orientada a la recuperación de la seguridad con acciones que tengan por objetivo dignificar la barriada evitando que la misma se convierta en ‘territorio comanche’ donde unos pocos tienen el poder. En esta línea está también la puesta en marcha de una oficina de la Policía Local que servirá para hacer llegar al ciudadano la presencia de los agentes y su ayuda en la realización de trámites.

Acción policial y exclusiva sobre los tiroteos

La acción de las bandas, descontrolada. La idea de la Jefatura Superior, tal y como explicó su responsable José Luis Torres, es dedicar un grupo específico de policías a la labor de investigar los tiroteos. Son ya demasiados los registrados este año, dejando a más de una víctima por mes. Se sabe que los mismos tienen como origen distintos frentes. Por un lado son los encuadrados en la trama del ‘Vasco’ y por otro los protagonizados por dos bandas que se pelean por enemistades, luchas de poder y, en alguno de los casos, amenazas.

Objetivo: continuar la labor globalizada

Todos a una. El objetivo de la Delegación del Gobierno y la Ciudad es mantener el trabajo que se ordenó el pasado mes de diciembre cuando, con motivo de una junta de seguridad monográfica, se acordó implicar a todas las entidades en la búsqueda de soluciones. El área de menores trabajará con las familias en la recuperación de los jóvenes y se buscará ayudas económicas para aminorar las elevadas tasas de desempleo y fracaso escolar que marcan el actual devenir de la barriada. Los resultados son a largo plazo.

La colaboración de los propios vecinos

Lucha contra el miedo. La colaboración vecinal es necesaria para mejorar el barrio. Con unos vecinos reacios a dar nombres y apellidos de quienes están detrás de los actos vandálicos y tiroteos resulta complicado lograr acciones efectistas. No obstante se han conseguido ya algunos frutos. Los vecinos temen que se les acuse de ‘chivatos’ y su propio presidente vecinal teme que la acción policial contundente repercuta en un estado de miedo y odio entre las propias familias.