Sara Montiel es entrañable, cercana, cariñosa y muy buena conversadora. Durante más de cuarenta minutos tuve la oportunidad de hablar con ella, repasando toda una vida. A buen seguro la vida personal y artística de quien ha sido la más grande en el mundo de la pantalla. Tampoco se quedó atrás como cantante. Pero sin obviar estas facetas, también he querido que se conozca algo más a la Sara persona, a María Antonia Abad Fernández.
Fue la primera actriz española en triunfar en Hollywood, nada fácil en aquellos años; pero también triunfó luego en España, en Europa y en resto del mundo. Es un mito viviente. Una auténtica número uno.
- Nace usted en Campo de Criptana, provincia de Ciudad Real. Manchega por los cuatro costados. ¿Qué recuerdos tiene de la Mancha?
- Desde luego no me he olvidado de mi tierra de nacimiento y voy continuamente a La Mancha, regreso a mi pueblo dos o tres veces al año. Aunque me he criado en Orihuela, soy totalmente manchega. Campo de Criptana es para mí el no va más y la verdad es que mi pueblo me lo ha reconocido.
- Campo de Criptana, al igual que en el resto de España, se vivían tiempos difíciles. Estamos en los últimos años de la dictadura de Primo de Rivera y comienzo de la República. Su padre trabajó de gañán en el campo. Un trabajo duro y más en esa época. ¿Cómo lo recuerda?
- Tenía muy pocos años, pero algunas imágenes me quedaron. Mi padre Isidoro como gañán hacía surcos, labraba, araba, era gañán como usted ha dicho. Se casó y tuvo varios hijos en su primer matrimonio, hasta que conoció a unos dueños de bodegas y le hicieron catador. En esta nueva profesión tenía una gran reputación, era muy bueno. Ya entonces tuvo un trabajo que no era tan sacrificado como el campo. Un cambio para bien.
- Entonces ustedes no fueron una excepción en el padecer estas penalidades…
- Si, nosotros pasamos muchas penalidades. Eramos muy pobres, una familia que como muchas otras de nuestro pueblo e imagino que del resto de España la única preocupación que tenía era el poder comer.
- Hemos conversado de su padre, pero su madre también ha sido muy importante en su vida. Ella también ayudaba para mantener la casa.
- Era peinadora en su pueblo. Se levantaba a las seis de la mañana e iba de casa en casa a peinar con las célebres ondas y moño que era lo que se llevaba entonces. Le llamaban María la peinadora.
- Ya nos ha contado detalles de esos primeros años sobre su padre y su madre. ¿A quién se parece usted?
- Tengo de mi madre muchísimo, pero también de mi padre. En carácter me parezco más a mi padre, pero de mi madre he heredado la paciencia. Tengo mucha paciencia. Soy capaz de esperar lo que haga falta.
- ¿Y usted era una niña tranquila o traviesa?
- Tranquila desde el punto de vista físico, porque siempre he querido cantar. Canto desde los cuatro años. Me ponía a cantar y la gente hacía corros a mi alrededor. Y en Orihuela pasaba lo mismo, cuando me ponía a cantar los amigos y la gente que no conocía se ponía a mi alrededor para escucharme. Allí en tierras alicantinas me pusieron de mote ‘La muñeca’.
- Toda niña tiene un sueño. Cuando de pequeña le preguntaban qué quería ser de mayor, ¿usted que contestaba?
- Siempre decía lo mismo, artista de cine y cantante. Siempre el cine. Ha sido y continúa siendo mi pasión y lo tenía muy claro desde que no levantaba dos palmos del suelo.
- ¿Pero había antecedentes artísticos en la familia?
- Ni los había, y sigue sin haber nadie, nunca ninguno ha querido seguir mi senda. Tengo ochenta y cuatro años, tengo sobrinos, hijos de sobrinos… artistas, no son ninguno, pero todos son muy guapos. Somos una familia de muy buen ver, de eso no cabe ninguna duda.
- Retomamos la vida de la familia. Su padre ya era bodeguero en Campo de Criptana, pero deciden cambiarse de población ¿cuál es la razón para irse a Orihuela?
- La razón es que mi padre padecía de asma y hacía mucho frío en los inviernos en Campo de Criptana. Los amigos bodegueros le dijeron que se fuera para allá, para la zona sur de Alicante, donde el tiempo es más benigno en invierno. Allí abrió una tienda de venta de vino al por mayor. Le vendían sus amigos los bodegueros y él luego lo enviaba a muchos pueblos de la zona. Llegamos allí en el año treinta y cuatro. Tenía por entonces seis años.
- La guerra les coge ya en Orihuela…
- Allí estuvimos todos esos años y pasamos mucha hambre como todos los españoles. Una época muy difícil.
- Su padre fallece pronto…no tenía usted más de dieciséis años.
- El fallecimiento de mi padre fue en Campo de Criptana en el año 1954. Fue un ataque al corazón y tenía cincuenta y dos años. Lo cierto es que fue una pérdida muy importante para todos nosotros.
- También perdió a un hermano.
- Si es cierto, tenía tuberculosis y nos abandonó muy pronto, con 24 años. Era una época con muchas penalidades y esta enfermedad era común en esos años.
- ¿Cómo era la vida en familia?
- Eramos una familia muy unida. Mi padre estuvo casado, como he dicho antes y tenía varios hijos. Cuando nació mi hermana Ángeles, su madre muere en el parto. Mi padre se queda viudo y conoce a mi madre a los diez meses de haber fallecido su primera esposa y decidieron casarse al año de establecer relaciones. A los tres años nací yo.
- Orihuela estaba marcado en su vida, porque un día cantando una saeta en Semana Santa resulta que allí está el dueño de Cifesa, Vicente Casanova y la ve. Queda prendado de la voz de esa joven. ¿Cómo fue aquel contacto?
- Estaba allí de vacaciones con su esposa y su hijo. Era un hombre muy importante en el cine español de la época, en la práctica, en esa España de la postguerra era la única productora de nuestro país. Habló con mis padres y me trajeron a Madrid a un concurso de canto que había. Lo organizaba Cifesa para captar nuevos talentos infantiles. Eramos bastantes niñas y gané yo.
- En ese tiempo, ¿quién la acompañaba en sus primeros pasos en Madrid?
- Siempre venía conmigo mi madre.
- Llega el momento de escoger un nombre artístico. El apellido todos sabemos que viene por el pueblo de Montiel, Campos de Montiel, también en Ciudad Real. ¿Pero cuál es la razón por la que elige el de Sara?
- La abuela de mi madre se llamaba Sara María. Y Montiel como tú has dicho porque es un pueblo que siempre me ha marcado y que además es muy bonito.
- ¿Cómo era su vida en aquellos primeros años de trabajo en el cine?
- Pues aprovechando los pequeños papeles que me daban en las películas. De protagonista solamente conseguí dos en esos momentos y en uno de ellos tenía al lado al gran Fernando Fernán Gómez.
- En esos momentos su cara impresionaba ya en el cine español. Empezaba el mito Sarita Montiel y luego Sara Montiel. Pero hablando de físico. ¿Cuál es la parte de su cara y de cuerpo que más le gusta?
- La verdad es que no he me fijado nunca. Jamás he tenido en cuenta la belleza física. Siempre he tenido la misma cara, los mismos ojos.
- ¿Y qué le atraía más a la gente?
- A unos les puede gustar los ojos, a otros la boca y a otros el busto. Eso ya no lo sé.
- En la vida de una persona siempre ocurre algo para dar un cambio. ¿Qué sucedió para dar el salto a Méjico?
- Me fui de España, porque aquí no había nada, en el cine deseaba tener más proyección porque mi ilusión desde pequeña, como ya te he comentado era ser artista de cine, era mi verdadera obsesión. Tenía entonces veintidós años. Llegué a México en la edad dorada del cine de este país. Cuando hice Piel Canela, me contrataron tanto en Brasil como en Estados Unidos, a todos les gustó mucho esta cinta. A Hollywood me llevaron los mismos que me habían contratado en Veracruz para hacerla en Méjico. La Warner me hizo un contrato para tres películas, pero la última no la hice, porque ya en España se había estrenado El último cuplé y había sido un bombazo. Entonces me ofrecieron un contrato maravilloso y no lo podía hacer si no conseguía desligarme de la Warner. Volví a mi casa de Los Ángeles y me puse en manos de un abogado de mi primer marido, de Anthony Mann y lo conseguimos, rompiendo la relación contractual que tenía con la productora norteamericana.
- Una fotografía suya con James Dean dos días antes de su muerte sirvió para que los periódicos anunciaran su fallecimiento.
- Resulta que James y varios compañeros más comíamos todos los días juntos, puesto que mientras que él rodaba Gigantes, la que sería su última película, yo rodaba Seranade en un estudio de al lado. La mayor parte de los días nos juntábamos a comer James Dean, Liz Taylor, además de Alfred HItchock, que también rodada otra película en los mismos estudios de la Warner. Algunos días nos acompañaba también Rock Hudson que tenía un papel importante junto al dúo protagonista de Liz Taylor y James Dean..
- ¿Qué pasó para que usted no fuera con él en su vehículo el día que falleció?
- Mi destino fue otro, porque resulta que habíamos quedado en hacer juntos el viaje, porque ese día no tenía llamada para rodar escenas de mi película, pero justo cuando íbamos a salir recibí un telefonazo de mi estudio para que acudiera a rodar unas secuencias y se fue solo. También nos iba a acompañar la actriz italiana Pier Angeli que por entonces se encontraba en Estados Unidos.
- James Dean se enamoró de Sara Montiel.
- Pues no lo sé. A mí no me gustaba, porque yo estaba enamorada de otro hombre. Lo que sí teníamos era la misma edad, veinticinco años.
- ¿Alguna anécdota que le marcara de James Dean?
- La anécdota más fuerte era que no tenía asignada la fecha de mi muerte para ese día. Los destinos cambiaron el orden de llamada. No estaba previsto que trabajara durante dos días, porque nos íbamos de viaje durante esas cuarenta y ocho horas, pero no era mi momento.
- Otro galán con el que usted trabajó fue Gary Cooper en Veracruz.
- Yo era muy jovencita, tenía veintitrés años. Nos venía a ver al rodaje su hija María, a la que ahora he vuelto a ver cuando he estado recientemente en Estados Unidos en el premio que me entregó el Instituto Cervantes de Nueva York, para conmemorar el cincuenta aniversario de la canción ‘Fumando espero’. Es mayor que yo, ochenta y seis años y había sido monja, pero luego posteriormente se casó con un pianista, abandonando los hábitos. Vive en Park Avenue. Gary Cooper tenía cuarenta y ocho años cuando yo rodé con él esta película.
- ¿Qué recuerda de Marlon Brando?
- La famosa anécdota de que mi pidió un día que le friera huevos fritos, le encantaron por supuesto.
- ¿Quién le acompañó en su aventura norteamericana?
- Al igual que siempre, mi madre. Mi madre ha estado conmigo de manera permanente hasta que murió en el año mil novecientos sesenta y nueve. Conmigo se vino a Madrid cuando me trasladé desde Orihuela, luego se vino a Méjico y desde allí a Hollywood. Cuando regresé a España se vino conmigo a vivir a mi casa.
- ¿Fue un cambio muy brusco volver nuevamente a España?
- Estuve viviendo en Los Ángeles hasta el año 1964 y durante esos años iba y venía a España para rodar las películas que había firmado con dos importantes productores de nuestro país. Decidí regresar en ese año cuando me divorcié de Anthony Mann.
- El cambio de Hollywood a España fue radical, porque pasó de interpretar a interpretar cantar y además como protagonista principal de las películas. ¿Se siente más a gusto cantando o interpretando?
- Las dos cosas, pero sobre todo cantar. Es lo que más me gusta.
- Da un nuevo giro en su carrera a partir de mediados de los setenta y comienza a actuar delante del público en teatros. ¿Cómo era ese contacto con el público, con sus seguidores?
- Maravilloso. Todas esas giras quedaron muy bien, siempre he tenido una gran respuesta del público. Nunca me ha abandonado.
- ¿Cómo quedó tras el fallecimiento de Pepe Tous?
- Pues viuda…(risas) con una hija de trece años y otro de nueve. Fue una pena muy grande, pero seguimos viviendo.
- ¿Cómo era su vida en Mallorca en esa época?
- Estupenda, estaba muy bien, tanto con mis hijos como sin mis hijos.
- Hableme de Ernest Hemingway.
- Tuve la suerte de conocerle en una cena que varios amigos organizaron durante una visita mía en La Habana. En esa década de los cincuenta una ciudad muy importante en América. Me ofrecieron un puro en los postres, pero la verdad es que no sabía encenderlo y él me lo encendió como buen amante de los habanos que era. Desde entonces soy una aficionada a los mismos.
- Un poeta de la generación del 27 que también se tuvo que exiliar: León Felipe.
- Ese fue un amor punto y aparte…un amor en toda la extensión de la palabra.
- Miguel Mihura.
- Mi primer amor. Lo conocí con diecisiete años e hizo que me fuera a Méjico, porque aquí no tenía nada que hacer. Los dos nos queríamos muchísimo, pero era un amor imposible, él era muy mayor. Quiso casarme conmigo, pero no.
- ¿Por qué le atraían esas personas mayores?
- No lo sé, pero siempre he tenido personas mayores conmigo. Nunca me he planteado esta razón
- ¿Puede ser que fuera por ese fallecimiento prematuro de su padre y que haya buscado siempre la protección de un padre…?
- Puede ser, no sé.
- ¿Y luego, a usted le han atraído siempre los intelectuales?
- Me gustaba mucho hablar con ellos, pero tanto en Madrid, como en Méjico. Fíjate, en Brasil estuve tres meses y en ese tiempo tuve amistades con artistas, pintores, escritores…pero muy buenos, gente muy importante intelectualmente. Me gustaba la gente mayor y la gente preparada. He tenido la suerte de conocer a muchos poetas, escritores, soy muy amiga hoy en día de Gabriel García Márquez. A Neruda también tuve la suerte de conocerle en Méjico.
-¿Cómo es ahora un día en la vida de Sara Montiel?
- Ahora, preparando los dos programas que voy a hacer en televisión y me lleva toda el día.
-¿Piensa que España reconoce a sus celebridades?
- Me imagino que sí. No somos como los franceses, ni como los ingleses, ni como los norteamericanos, pero también les reconocemos a nuestros grandes artistas.
“Si Dios quiere tengo que ir por Ceuta, debe ser una ciudad preciosa” Tiene una especial relación con la ciudad hermana como consecuencia de grandes amistades, pero ha prometido que vendrá por Ceuta. En este apartado nos recuerda también de su afición a los puros o como no hubiera seguido en Estados Unidos. Igualmente nos habla de sus hijos.
- ¿Cuál es la vinculación que tiene con Melilla?
- Que tengo unos amigos míos íntimos a los que quiero muchísimo. He ido muchas veces y he pasado todo el tiempo que he podido estar. Me da mucho coraje cuando hablo en Madrid con gente muy preparada, muy versada y se sorprenden que me guste, porque la idea que tienen es muy equivocada. Pienso que no existe una publicidad adecuada de la ciudad, porque Melilla es preciosa por los cuatro costados y me tratan allí como una reina.
- ¿Ceuta no la conoce?
- No he estado nunca. Me gustaría ir alguna vez a tu ciudad y algún día iré si Dios quiere. Siempre he oído mucho hablar de ella y seguro que es preciosa.
- Vamos a hablar de sus hijos. ¿Por qué eligieron nombre griegos?
- Porque tanto Pepe como yo éramos muy griegos. Hemos ido muchas veces y nos enamoramos del país. Siempre dijimos que si teníamos una hija le pondríamos Thais y si era niño, Zeus. Entonces le dije a Pepe que si teníamos un hijo y era enano, el nombre de Zeus no era muy apropiado.
- Pero Zeus es un galán…
- Mide un metro noventa, es guapísimo y tiene un cuerpo que te mueres. Y Thais es muy guapa, muy maja.
- ¿Son muy diferentes?
- Claro. El es Tauro y mi hija es Piscis como yo. Ella del tres de marzo y yo del diez.
- ¿Sigue fumando?
- Continúo con mis puros, es una de mis debilidades.
- ¿Está de acuerdo con la prohibición de no fumar en lugares públicos?
- La verdad es que sí. Hace mucho daño a la salud, lo digo sinceramente.
- ¿Si hubiera seguido en Estados Unidos…?
- No, rotundamente no. Tenía trabajo un trabajo en Europa maravilloso, de muchísimo dinero y muchísima categoría. Soy conocida en el mundo entero. Mis películas están dobladas al inglés, al ruso, al alemán, al hindú…
- ¿Al hindú…?
- En La India soy superconocida. Y si va a un país árabe pasa lo mismo, al igual que a Israel. Vas al país de los canguros, como digo yo y me tienen en un pedestal.
- ¿Qué está haciendo en estos momentos?
- Rodando con Televisión Española un documental sobre mi vida.
- ¿Qué consejo le daría a una mujer para seducir a un hombre?
- No tengo ni idea.
- ¿Algo tiene que tener para atraer a los hombres?
- Te repito, no sé aconsejar a nadie. No sé aconsejar ni a mi hija…porque cada uno somos distintos. Para ser artista puedo decir que trabajes duro, no tirar la toalla, es lo que dices siempre. ¿Cómo mujer? No conozco a la mujer que enamore y pueda enamorar a un hombre. Yo sé lo que tengo yo.
Preguntas directas a...Sara Montiel - Su plato favorito.
- No soy mucho de plato favorito, me gustan mucho los huevos con patatas fritas. Muy tradicional.
- Sus colores.
- Negro, blanco y rojo.
- Película favorita.
- A todas las quiero, a todas las amo, son mis hijas.
- Libro que más le gusta.
- He leído tanto que me sería imposible decirlo.
- Programa de televisión que vea.
- No tengo mucho tiempo de ver televisión, la veo muy poco.
- Su perfume.
- Lo uso desde hace muchos años.
- ¿Cuál es?
- No me gusta decirlo.
- Un consejo de belleza.
- Utilizo el aceite de oliva para desmaquillarme. Cuando me maquillo los ojos para quitármelo lo hago con un trozo de algodón mojado en aceite de oliva.