“No he visto ningún túnel ni recuerdo nada pero estoy vivo”

El chico de 20 años cuya moto embistió un coche y se dio a la fuga estuvo quince días en coma · De vuelta al hospital ceutí tras ser operado en Cádiz, pide que no haya impunidad

No recuerda túnel, ni el golpe del coche, ni siquiera lo que hacía en ese momento en que a la altura del cruce del Cuartel de Regulares un coche embistió la moto con la que ayudaba a su padre en el negocio comercial que regenta en Castillejos. Ni siquiera recuerda que el entrenador de su equipo favorito se llama Mourinho ni conoció a su hermano Hicham, que durante dos semanas no se separó del lado de su cama en el hospital de Cádiz a donde le trasladó un helicóptero ya en estado de coma. Pero poco a poco va recuperando la normalidad. Cansado de estar postrado en una cama, no deja de sonreír y bromear pero su semblante de pone serio cuando intenta recordar lo que sucedió el día en que casi pierde la vida. “No me acuerdo de nada, hay muchos testigos, me dieron un golpe, se rompió mi casco, que era bueno...pero mi cabeza es más dura que el casco”. Sonríe junto a su padre y al hermano que estuvo a su lado desde el principio en la península. “Tiene cambios de humor, al principio no me conoció y me quería pegar, está nervioso, no recuerda muchas cosas...a mi madre al principio no la conocía, luego ya poco a poco sí...con paciencia, lo más importante es que abrió los ojos...en ese momento me puse a temblar, no me lo creía, estaba muy mal y fue la mayor alegría que pudieron darnos a todos los que le queremos”, recuerda emocionado mientras le mira y le pide paciencia para ponerse fuerte y poder volver de nuevo a coger la moto y a trabajar para ayudar a su familia. “Yo quiero salir de aquí, me duele el cuerpo, poner bien este pelo porque mira qué golpe tengo en la cabeza”, explica señalando un bulto reflejo de una operación en la que los cirujanos “tuvieron que cortar parte del hueso del cráneo para permitir drenar la sangre”.
Tras la operación le subió la fiebre, la presión y “los médicos nos decían que era mejor que estuviera sedado para no permitir que el dolor fuera insoportable. tenía convulsiones y realmente le vi muy mal así que cuando abrió los ojos y le dije “Mohamed! Mohamed! y miró hacía mí...eso fue lo más grande”.  El padre observa al menor de sus varones y no deja de dar gracias a Dios y a los médicos “que tanto nos han ayudado, por favor y que nos siguen ayudando, quiero decirlo públicamente, que soy el hombre más feliz del mundo, pensábamos que nuestro hijo se moría y ahora está aquí, con ganas de irse a casa. “Y de acariciar a mi gato Mishu, estar con mi familia, con mis amigos, ir al campo, andar en moto y hacer cosas sanas, porque es lo que me gusta, pero no tengo fuerza y quiero tocar la guitarra y cantar, porque eso me encanta”, dice emocionado pidiendo a su padre que le traigan el instrumento hasta el hospital. “Me duele la cabeza, esto es aburrido y me quiero ir...”.
Cuando le preguntan por lo que le diría a la persona que conducía el coche que le dio el golpe responde claro: “Le diría que se acercara bien para ver mis heridas y luego...le pegaría un puñetazo!”. Luego se ríe. Ha perdido memoria que esperan vaya recuperando pero no el sentido del humor. “No quiero que nadie pase por esto. Mi familia se hubiera quedado sin mí por ese accidente, por nada...es muy duro y Dios me ha dado otra oportunidad. Sólo quiero que cada uno cobre lo que se merece. Que hable la justicia. No puedes hacer esto a una persona y seguir en la calle”, dice mientras pide apretar la mano del que le visite para demostrar que ya está fuerte y que le dejen salir del hospital. “Está débil, pero vivo”, dice su padre con emoción.

Hace apenas dos semanas los padres y hermanos de Mohamed le recordaban destrozados pero manteniendo la esperanza de que consiguiera salir del coma en que se quedó tras el accidente en que el coche que golpeó su moto salió huyendo abandonándolo al lado de la Hípica. En libertad acusado de omisión de socorro, ahora, tras haber sentenciado la “justicia divina y haberle devuelto a la vida”, la familia pide que sea la justicia de toga la que dicte sentencia “para que nada de esto vuelva a suceder porque perder a un hijo por una imprudencia y que esa persona siga libre no es justo”. Aún así, reconocen que su mayor felicidad es haber recuperado a Mohamed.