Lali Orozco del Olmo ha sido galardonada este año con el Premio María de Eza. La creadora del traje regional de Ceuta, a quien no le gusta que le hablen de usted, atiende a este periódico entre entrevista y entrevista. “En menudo follón me han metido”, bromea al hablar de las amigas que la propusieron, sin que ella lo supiera, para este reconocimiento. Conocidos y amigos interrumpen sus respuestas para felicitarla por la calle. Su trayectoria profesional, su defensa de las tradiciones ceutíes y su personalidad, le han valido este premio a la mujer ceutí del año.
–¿Cómo se siente al ser distinguida con este reconocimiento?–Yo no tenía ni idea del Premio María de Eza. El jurado deliberó ayer y me ha tocado a mí (ríe). Estoy muy contenta. A las 14.15 horas estaba en Gran Vía y me telefoneó Mabel Deu, consejera de Educación, Cultura y Mujer, que me dio la noticia y me emocioné. Fue una sorpresa. Estoy muy feliz y media Ceuta ya me ha dado la enhorabuena, los medios de comunicación se están portando de maravilla y, en especial, doy las gracias al Centro Asesor de la Mujer, por este reconocimiento. Tres amigas se informaron este año de las bases y me propusieron. Ana Polo, Luisa Moreno y María Jesús de Molina presentaron mi candidatura, a quienes se lo agradezco de corazón.
–En su trayectoria profesional puede comprobarse que usted trabajaba fuera de casa cuando lo habitual era que la mujer se dedicara en exclusiva a la familia y las tareas del hogar.–Yo tenía una academia de baile en casa y empecé a dar clases con 15 años. Desde entonces no he parado de trabajar aquí y allí. En la Sección Femenina estuve trabajando como profesora de baile nueve años. En el año 1972 , tras ganar el certamen del traje regional, me dejaron en la calle y me coloqué en Auxilio Social en el Hogar de Nuestra Señora de África. Pasé a la guardería y allí hasta que me he jubilado. Me he dedicado a los asuntos sociales toda la vida.
–¿Qué recuerdos guarda de aquellos años?–De mi trabajo solo puedo contar alegrías porque era el trabajo que más me gustaba, estar con niños. He estado muy contenta. Estuve al cuidado de ellos como puericultora. Todo son recuerdos gratos y agradables. Me metía allí a las 8.00 de la mañana y salía a las 22.00 horas. Muy contenta y muy feliz. He criado a muchos niños de Ceuta y luego, en la guardería, felicísima. Y los últimos años como directora. Ana, Luisa y yo, además del resto de compañeros, la desmontamos de donde está la residencia de la tercera edad de Nuestra Señora de África y la pusimos donde está en la actualidad. Allí me jubilé.
–¿Qué momento atraviesan los derechos de la mujer?–La mujer, ahora mismo, tiene muchísimo campo abierto, aunque depende de cómo lo haga cada una.
–Entre otras razones, es premiada por su contribución a las tradiciones, por ejemplo, a las Cruces de Mayo y el Carnaval.–Cuando se instaló la Feria en la Gran Vía, mi hermana Mª Carmen y yo éramos hermanas de San Francisco y nos encargábamos de vestir a la Virgen y de distintos preparativos. En aquel momento querían crear una caseta pero carecían de terreno. Yo colaboraba mucho con Pedro Gordillo y él nos cedió una parcela de terreno, y otra parte el Ayuntamiento, para montar Las Penas. Hacíamos rifas allí, detrás de San Francisco, para sacar dinero para la Cofradía porque no teníamos un duro (ríe) y fuímos la primera que montamos Cruz de Mayo y Belén. A partir de aquella, comenzaron a extenderse. Con el Descendimiento, la hacíamos en la piscina del Caballa y organizábamos los bailes de Carnaval. Con 24 años, llevábamos el Batallón Infantil con los niños del Hogar, y colaboré también en la elección de Maja de Ceuta con Manolo Blasco en Festejos.
“Nos pusimos en casa, entre todos, y sacamos el traje regional que ganó”
Cuando eligieron a la primera Maja de Ceuta, Mayka Ríos Pozo, se encontraron con que la ciudad carecía de un traje regional. Lali Orozco del Olmo, ahora galardonada por su trayectoria vital y profesional con el María de Eza 2014, se presentó al concurso convocado. Solo se presentaron dos diseñadoras, Clotilde Conte y ella, recordó esta “fiel guardiana de la tradición local”. Y, finalmente, ganó su propuesta, la cual continúa siendo la indumentaria que nos representa.
“Nos pusimos en casa, entre todos, cada uno aportando su granito de arena, y sacamos el traje”, explicó Lali, quien lo llevó ante el jurado. “Fue un trabajo de toda la familia”, destacó.
El jurado que eligió a esta integrante de la saga de los Orozco tuvo representación de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos; la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad de Granada y el Colegio Oficial de Psicólogos, que resaltó su “activa” participación en la mayor parte de las festividades tradicionales de Ceuta, desde la Semana Santa a las Cruces de Mayo o los Carnavales, entre otras.
Ha sido una mujer trabajadora que siempre ha estado ligada a la educación y a la atención social. Trabajó en el extinto Instituto Nacional de Servicios Sociales, luego en el Imserso y más tarde, para la Ciudad Autónoma, en la Residencia Nuestra Señora de África y en la guardería a la que da nombre también la Patrona, de la que fue su directora hasta la jubilación.