Comienza la primera ronda de consultas del Jefe del Estado sin que existan los apoyos necesarios para promover con cierta seguridad la investidura de un presidente del Gobierno.
El candidato que cosechó los mejores resultados electorales en los comicios del pasado 26J con el 33% de los sufragios emitidos, casi ocho millones de votos, superando claramente a la segunda opción por más de dos millones, Mariano Rajoy, no cuenta sin embargo con los apoyos necesarios para obtener la confianza del Congreso ante la negativa frontal a negociar de Ciudadanos y del PSOE.
Recordemos que corresponde al Rey, previa consulta con los representantes designados por todos los grupos políticos con presencia en el Congreso de los Diputados, y a través de la Presidenta del Congreso, Ana Pastor, proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno. Y recordemos también, pese a las declaraciones partidistas de Sánchez, Iglesias y Rivera, que el objeto de toda sesión de investidura es presentar un candidato con los apoyos suficientes para alcanzar la presidencia del Gobierno, y a fecha de hoy esto no es lo que sucede.
La actitud de Ciudadanos y del PSOE, que hasta el momento se han negado a sentarse a negociar con el PP, pese a nuestra predisposición a entablar negociaciones sobre un documento que incluye aquellas materias que ocupan y preocupan a los españoles, está causando una indignación cada vez mayor entre una ciudadanía, que comprueba la irresponsabilidad de quienes podrían llevar al país a afrontar no solo una grave crisis constitucional sino también socio económica como consecuencia de la imposibilidad de cumplir los acuerdos alcanzados con nuestros socios europeos.
Sin ninguna duda, la sociedad española encajaría muy mal que fuésemos a unas terceras elecciones en vez de alcanzar los acuerdos necesarios para llevar a investir a Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, que es lo que toca por mandato ciudadano. Pues no podemos olvidar que los electores otorgaron su confianza de manera clara y concreta a un Partido Popular que superó ampliamente tanto a la segunda fuerza política por más de dos millones de votos, como a la tercera por cinco millones. Una formación política que pese a los resultados cosechados ofreció dialogo a las fuerzas constitucionalistas desde el minuto uno. No hay oposición si no hay Gobierno.