No cantes victoria

Quién se acuerda aquí y ahora de un tal Shapour Bakhtiar? Por higiene mental sería muy recomendable recordar que tan sólo hace unos treinta años este Bakhtiar abría los noticiarios televisivos y las primeras planas de los periódicos de todo el mundo. Shapour Bakhtiar fue quien lideró un gobierno de transición o provisional a la caída del Sha de Irán. Durante los acontecimientos que precedieron, y sucedieron, a la caída de Reza Palevi, los comunistas, los ultraizquierdistas y los liberales fueron incapaces de jugar un papel coherente en aquellos inciertos días. El descontento de la ciudadanía salió a la superficie en las mezquitas en donde se alababan los sermones más radicales. El Ayatolá Jomeini declaró que  no deseaba establecer una dictadura militar reaccionaria semifeudal. Estas declaraciones arrastraron a la masa de la clase media y a sectores de trabajadores. Jomeini dejó claro que no aceptaría nada más que la abolición de la monarquía. El citado Shapour Bakhtiar, primer jefe de Gobierno temporal del país después de la caída de la monarquía, fue defenestrado diez días después de la toma de posesión por el Ayatolá Jomeini. Bakhtiar huyó a París en donde fue asesinado en 1991. Su sucesor Bazargan fue destituido, asimismo, por Jomeini. El resto es historia conocida por todos. Irán es ahora una repugnante dictadura teocrática, cuya ley suprema es la sharía, en la que los más elementales derechos humanos son pisoteados sin ningún pudor.
Hay quienes opinan que la Historia es maestra de la vida y otros que no es maestra de nada. Pero lo cierto es que deberíamos estar ojo avizor y tener presente lo sucedido en la moderna Persia. Occidente ha pasado de contener la respiración por los sucesos de Túnez y especialmente por lo que está aconteciendo en Egipto a respirar con más tranquilidad cuando se ha sabido que los Hermanos Musulmanes no van a intervenir para viciar el camino de esos países hacia la democracia. Pero lo cierto es que nuestra ministra de Exteriores aún abogaba por que el dictador tunecino dialogara con los opositores al régimen horas antes de largarse del país. Asimismo, la ministra de Exteriores francesa, Alliot-Marie, ofrecía material antidisturbios al dictador tunecino horas antes, también, de darse a la fuga. El mismo Obama osciló entre el apoyo al egipcio Mubarak y el diálogo con la oposición. Claro que para vergüenza de esos países. El mismo Zapatero a la salida del ‘cónclave’ socialista de Zaragoza el pasado domingo declaraba al ser preguntado por los sucesos de Egipto que debería ser prudente para no interferir en los procesos hacia la democracia de esos países. ¡Como si la opinión de este simple e inepto individuo importara a alguien! Por su parte, la responsable de la Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, repitió en la Eurocámara las mismas expresiones blanditas respecto de Túnez y Egipto. La conducta dubitativa y bochornosa de estos países y de la UE suponen un baldón en la conciencia de esos países citados. El único, sorprendentemente, que ha conminado a Mubarak a escuchar al pueblo y a marcharse es el primer ministro turco Erdogan. ¡Y los representantes de la UE exigen a Erdogan que muestre actitudes verdaderamente democráticas! Vivir para ver.
Lo cierto es que desde Marruecos hasta el Yemen los diferentes autócratas, dictadores y reyezuelos han puesto sus barbas a remojar. Uno ya se ha apresurado –Jordania– a destituir a su gobierno y a apremiar al nuevo a ocuparse de las peticiones del pueblo. Otro –Yemen– sale al paso manifestando que no se presentará a las elecciones y que no propondrá como sucesor a su hijo. El reyezuelo marroquí –Mohamed– se apresuró a coger su avión privado y desplazarse a Francia a su castillo de Betz, a 70 kilómetros de París, para pasar, dicen, unos días de descanso. Pero se dice en voz baja que ha ido en busca de consejo. Quién lo sabe, pero ya ha tomado medidas para evitar el efecto dominó. El Fondo de Compensación que subvenciona los productos de primera necesidad y los hidrocarburos ha sido aumentado hasta el 2% del PIB marroquí. Mohamed ya ha visto el color de las orejas del lobo.  A este respecto, preguntada la ministra española de Exteriores sobre si esta crisis alcanzaría al rey de Marruecos, la inefable Trini respondió que de ningún modo, pues Marruecos ya había empezado a hacer reformas democráticas hacía ya algún tiempo. ¿Reformas democráticas, dices, Trini?
Creo que la pregunta pertinente es hasta dónde llegarán las reformas democráticas en estos países árabo-musulmanes. ¿Partidos políticos de todo pelo y condición, parlamento elegido mediante el voto secreto, libertad de expresión y opinión, libertad religiosa, derechos humanos personales y no colectivos, libertad para que la mujer haga de su capa un sayo? ¿Con partidos de corte islamista y fundamentalista por medio? ¡Ummm! Volviendo al título con que se inician estas líneas, como dijo el clásico: “No cantes victoria pues no es la riqueza ni el poderío, es un arte nada más”. El que entienda…