Pululaban las emociones, por campos de mariposas, donde el color predominante era el blanco inmaculado. ¡Qué monada, qué ilusión era alcanzar aquella pobre! Pero en su imaginación sobrevolaba una idea: ser escritor y llevar siempre la razón.
Todos los días eran iguales, hubiera sol, o tormenta y muchos le observaban, aquella figura, sola, pero con una sonrisa en la boca.
Le decían: “iluminado”, cuando realmente con nuestra expresión callejera debería de calificarlo como niño en su mundo de ilusión.
Era un bucle que él se ponía todos los días y nadie pudo llegar al aparato para cortar aquella escena que le hacía estar en ese mundo de fantasía, para la mayoría, pero tan real como mis palabras transcribo en este texto, para el.
Fue un laxus en su mente, fue una descoordinación del espacio tiempo presente, lo que veo es una expresión, un calor hacia un mundo, donde el es el protagonista, y nosotros, aunque lo veamos mal, unos meros espectadores de una cinta que el se ha puesto para toda la vida.
Yo la verdad que mientras él se encuentre feliz, no tocaría nada, ya que podría volver a una caída libre en su forma de pensar, de vivir y transformarse en un verdadero sin cerebro que su figura es convaleciente de un mal médico, y no de un plan establecido por su comportamiento.
¡Qué niño más rico!, !Da ganas.....!
En esos puntos y seguidos me encuentro yo ahora, en pensar en el mañana, y el hoy que pase lo antes posible.