“Ningún acusado de asesinato ha salido a la calle antes de los dos años, ¿por qué en este crimen sí?”

Indignación en la familia de Caniche por el auto de  puesta en libertad bajo fianza de 20.000 euros para Chakor

La familia de Mohamed Aziz Amar, el hombre asesinado a tiros y carbonizado dentro de un vehículo en el Jaral en diciembre de 2014, ha recibido con indignación el auto de puesta en libertad bajo fianza de 20.000 euros para Hassan M. M. –apodado Chakor–, uno de los detenidos a los que se imputa su muerte.

En la reciente cronología de los crímenes cometidos en Ceuta, ninguno de sus parientes recuerda que un acusado por este delito “haya salido a la calle antes de los dos años”, apreciación a la que sumaron que la prisión provisional para los acusados de asesinato “siempre se les prorroga dos años más, hasta la celebración del juicio”. Su círculo más cercano quiere saber “por qué en este crimen sí, en qué se basa” tal decisión, en definitiva, buscan una explicación y piden “ayuda y justicia”. El núcleo familiar se manifiesta disgustado porque percibe que en el proceso “solo se está velando por los derechos de los acusados, pero que nadie piensa en los derechos y sentimientos de la familia”.

“Jamás se ha visto que, en un asesinato, se proponga fianza para uno de los acusados. Esto solo pasa en Ceuta. En la península no podrían hacerlo”, denunció de forma pública la familia del fallecido, conocido como Caniche, una resolución judicial que calificó de “rara”. Sus allegados inquirieron si alguien considera “normal” que vean al presunto “asesino” de Aziz Amar “dando paseos por Ceuta como si la vida del fallecido solo valiese año y medio; ¿pero esto qué es?”, se preguntaron discrepantes con el auto dictado por el Juzgado de Instrucción número 2. “Han matado a una persona y aquí no ha pasado nada”, protestaron. No obstante, agradeció la intervención de la Policía “de fuera” –Sección Costa del Sol de la Comisaría General de Policía Judicial de la Policía Nacional que trabajó mano a mano con la Udyco de la Jefatura Superior de Ceuta–.

Sus seres queridos negaron que el difunto fuese un “narcotraficante” o tuviese “cuentas que ajustar” y destacaron que, antes de referirse a él como tal, “primero tienen que comprobar sus antecedentes penales y, en su caso –Caniche–, está limpio”. La familia sostuvo que la Policía Nacional “incluso dijo en su día que conocían a Aziz Amar a través de su pareja –Saida M.M., también inculpada–”.

El desmentido familiar hace referencia al auto que, en base a las investigaciones de la Policía, determinó que la orden del asesinato vendría motivada por asuntos derivados de “ajustes de cuentas, rivalidad o traición en actividades delictivas relativas al funcionamiento de las bandas rivales”. El pasado 8 de abril, el juzgado encargado de instruir la causa seguida por la muerte de Aziz Amar, declaraba procesados por esta causa, abierta a raíz del terrible hallazgo en el Jaral, a los nueve detenidos, a los cuales se les acusó de asesinato, tentativa de homicidio, tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal.

Su salida de prisión da cabida a una “alarma social” porque, a su juicio, esta persona es “peligrosa” y recordaron que en su casa “ya han entrado unas cuantas veces buscando pruebas por otros asesinatos”. Respecto a este punto, si bien es cierto que realizaron registros en su propiedad hace dos años, el procedimiento quedó archivado ante la falta de pruebas encontradas. La parte del caso que se declara afectada señaló que, desde que las autoridades detuvieron a esta persona, “Ceuta está tranquila porque se teme a este individuo” y, por tanto, “¿tenemos que empezar ahora a ponernos chalecos antibalas?”, sentenció. Considerado por la Policía como uno de los presuntos líderes de una organización criminal, tal y como se refleja en el auto de la jueza, los parientes del asesinado brutalmente en 2014 cuestionaron el poder que tiene Hassan M. M..

La nacionalidad de Chakor fue otro de los frentes que centró las críticas de la familia de Caniche. Como “no tiene la nacionalidad española y es de Marruecos, que lo manden a su tierra que es donde tiene que estar”, recriminaron los parientes del fallecido, país donde, señalaron, “le están buscando”. En contraposición, la portavocía de los Aziz Amar manifestó que como “ciudadana española y víctima de esta injusticia” reclama una explicación.

Después de más de año y medio del horrible descubrimiento, quienes se definen como principales perjudicados mantienen que al difunto “le tendieron una trampa todos los involucrados” porque este crimen “no fue un arrebato momentáneo”. Siempre según su versión, y antecedida por la presunción de inocencia, afirmaron que le “mataron desde su pareja hasta la persona que mueve los hilos de los sicarios”.

La familia reprochó, asimismo, que acudieron a solicitar el acta de defunción de Aziz Amar y recibieron la negativa por respuesta. “Tenemos constancia de que el Juzgado ha dado la orden de identificación para que le registren, pero aún nada, porque no les da la gana”, objetaron sus seres queridos.

Con su repentina muerte, Aziz Amar dejó a unos “hijos a los que no les ha quedado nada, ni pensión de orfandad” porque, como explicaron los suyos, “ni había cotizado a la Seguridad Social ni tenía casa” ya que, el chalé en el que vivía, “ya lo tenía hecho y arreglado su pareja –también detenida por la misma causa– cuando se encontraron”.

Una familia que se confiesa “totalmente destrozada” por este trágico suceso cuyos efectos, en especial, sufre su madre. A pesar de que fue Mohamed Aziz Amar quien pereció aquel día, sus seres queridos siguen padeciendo el “daño que han provocado”.