La cafetería ‘Pat & Cris’ de la Gran Vía, como se conocía y sigue conociéndose, cuenta con cafetería, restaurante y terraza, pero María África Sánchez y Miguel Ángel Blanco en realidad empezaron en otro mundo muy diferente al de la hostelería: una tienda de decoración de sus suegros en Hadú. Pero poco tiempo después decidieron abrir la suya propia en el centro.
“En este local tenía una tienda de decoración que la tuve diez años. Pero nos fue mal y entonces decidimos cambiar a la hostelería y llevamos ya aquí 14 años pero con el mismo local en el que teníamos la tienda. Ya se abrió la cafetería y aquí estamos desde entonces luchando”, cuenta María África Sánchez, dueña de la cafetería ‘Pat & Cris’.
Un local que ha ido cambiando con el paso de los años y que cumple ya 24. Durante 10 años fue una tienda de decoración con todo para el hogar y para vestir casas con estilo. Pero al no funcionar cambiaron de rumbo y abrieron la cafetería. Eso sí, manteniendo siempre el nombre que le pusieron por sus hijas: Patricia y Cristina, por las que decidieron luchar por salir adelante para poder ofrecerles un futuro y sus estudios.
Los comienzos nunca son fáciles y más cuando hace 14 años esta hostelera se embarcó en una aventura y un mundo que desconocía. “Fueron años duros porque fue un cambio muy grande. Yo desde los 18 había trabajado en el mundo de la decoración y ahora meterme en la hostelería, la verdad que fue un cambio muy grande. Tuve mucha ayuda gracias a Dios y muchos ánimos de toda mi familia y para adelante trabajando. Ahora con el COVID menos, pero seguimos luchando”, explicó a FaroTV.
Muchos son los ceutíes que pasan a diario por esta céntrica cafetería a desayunar. Nada mejor que una de sus tostadas junto a un café para comenzar un nuevo día. Esta cafetería ha ido cambiando, pero siempre ha mantenido esa esencia. Sin embargo, decidieron que este local fuera también restaurante.
“Nosotros el desayuno y la merienda es lo que más damos, y luego también tenemos la cervecita con los montaditos. En el desayuno lo que más nos piden son tostadas, bocadillos, pero sobre todo tostadas con tomate y aceite, con zurrapa roja y blanca”.
Con la llegada de la pandemia, al igual que muchos otros negocios de la ciudad, se ha adaptado tanto su establecimiento como su servicio, aunque su carta, sus productos y su trato siguen siendo como siempre: de la mejor calidad para sus clientes más fieles. Han sido meses duros y de pérdidas económicas. Estuvieron dos meses cerrados durante el confinamiento hasta que pudieron abrir a mediados de mayo, aunque con una camarera menos.
“La cosa está muy muy floja, pero vamos tirando poco a poco. Estamos a un 50 por ciento de aforo en terraza y un 30 dentro y sin barra ni nada. Pero vamos tirando con toda la precaución e higiene que nos exige Sanidad”.
No obstante, supieron adaptarse a la situación, aunque son críticos con las restricciones. Mientras tanto, los clientes podrán disfrutar de las especialidades de la casa y, por supuesto, de un buen desayuno o merienda.
Por lo menos hay un café que no recuerda a la avenida Mohamed V de Tetuan.
Felicidades.