La tienda de ropa femenina Niágara se inauguró hace 40 años en el centro de Ceuta. Fue idea de la madre de Pilar Flores García-Conde, que decidió emprender después de mudarse desde Barcelona (Cataluña) y alquiló un pequeño local en la calle Cervantes. “Tenía 12 metros cuadrados y siempre le había hecho mucha ilusión abrir una tienda”, cuenta Flores. Para el comercio, tomó el nombre de la barbería que había antes en el mismo establecimiento.
Aunque al principio se situaron al inicio de la calle, la tienda ha pasado por cuatro ubicaciones distintas —en la misma vía— hasta dar con el lugar ideal, en el número 10, hace 5 años. “Fuimos cambiando a medida que veíamos que se quedaba un local vacío, y a mí este siempre me ha encantado, es más amplio y se podían exhibir las cosas muchísimo mejor”, admite la propietaria actual.
Cuando Flores tuvo a sus hijos, en los años 90, dejó en pausa ‘Niágara’ y se encargó de llevar una tienda de la franquicia de ropa infantil Canadá, hasta que dispuso de más tiempo para recuperar el negocio que abrió su madre.
Pilar Flores —nacida en Palma de Mallorca (Islas Baleares) hace 59 años— estudió Magisterio, pero enseguida se puso a ayudar a su madre con el negocio porque le “encantaba” el comercio: “La verdad es que yo disfruto haciendo escaparates, colocando las cosas en la tienda…”.
Aunque en el establecimiento se han dedicado siempre a la ropa de mujer, con el tercer local empezaron a introducir adornos para casa. Por lo tanto, ahora en ‘Niágara’ se pueden adquirir prendas más bien informales de temporada, pañuelos, bisutería y bolsos, así como como velas, tazas, cuadros, cajas, lámparas o cojines, entre otros objetos de decoración.
“Como además con esto de la pandemia a la gente le ha dado por arreglar las casas, pues estamos con muchas cositas”, indica Flores. Junto a Pilar trabajan dos empleadas. María Dolores Fuentes Muñoz, a tiempo completo, la acompaña desde 1989.
Desde que se decretó el primer estado de alarma publican fotografías de sus productos en las redes sociales con más frecuencia. Para la propietaria, la actividad en Facebook e Instagram ha tenido más repercusión de la que se esperaba y además ha ampliado el rango de edad de la clientela, que tendía a ser de su edad: “Está viniendo también un público joven que está arreglando sus casas”.
Con la llegada del coronavirus, ‘Niágara’ está pasando por un periodo difícil, asegura Flores García-Conde —que lleva en Ceuta desde los 18 años—, como la mayoría de comercios. “Nos hemos tenido que reorganizar, han sido meses muy duros”, explica. Pero con mucho esfuerzo y gracias a “un equipo buenísimo”, añade, el negocio va “aguantando, que no es poco en esta época”.
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