Empezar de cero en una ciudad nueva, a veces, es complicado. Pero con la ilusión y las ganas, las cosas se ven más fáciles. Adnan El Mechkouri empezó con su pequeño establecimiento hace 10 años en la calle Jáudenes, donde los frutos secos y los piquitos eran su producto estrella.
Ahora, después de una década, se ha convertido en un pequeño supermercado donde la variedad de productos hace que la compra diaria se pueda llevar a cabo sin tener que alejarse de casa. “Vine de Málaga, cuando justo empezó la crisis, empecé a repartir aquí los productos de El Guijo y frutos secos. Tenía necesidad de buscar un local y encontré este y me traje a mi familia. Poco a poco, empezamos a meter género”, contó Adnan, propietario de Comestibles La Ribera.
Este establecimiento empezó como una especie de almacén, “porque sobraba género, no se podía devolver a la Península, era mucho trámite administrativo, el DUA y todo eso. Entonces, había que dejar todo lo que sobraba. Cada semana iba yo y cargaba en Sevilla, Córdoba, Málaga...”, explicó. Los trámites administrativos, de forma indirecta, dieron pie a que este padre de familia viese una oportunidad de negocio. Tras los repartos, como no se podía devolver ese excedente a la Península, Adnan fue vendiéndoselo a los vecinos de la zona.
Con la llegada de su familia a Ceuta y con este pequeño almacén, Adnan empezó a crear un pequeño supermercado. Poco a poco las estanterías se fueron llenando de más productos, desde frutas y verduras hasta elementos de higiene, pasando por embutidos y refrescos. Comestibles La Ribera se ha convertido en una tienda que abastece las despensas de los vecinos de la calle a diario. “La necesidad de los vecinos, lo que me piden, lo voy trayendo”, indicó.
Al principio, Adnan se dedicaba a repartir, mientras su mujer se encargaba del establecimiento. Ahora lo lleva todo él solo. Cuando empezó en este mundo del comestible, Adnan tenía poco conocimiento sobre cómo llevar un negocio así. Pero la estancia de un mes en el supermercado de su hermano, situado en Real 90, le dio las primeras nociones para sacar adelante su negocio.
A pesar del horario que tiene de apertura, ya que abre desde por la mañana hasta pasado el mediodía y a diario, y llevar solo este comercio cuesta un poco, Adnan sigue subiendo la persiana cada día para ofrecer a los ceutíes el mejor servicio posible. Por este motivo, este pequeño negocio cuenta con servicio a domicilio.
Así, hacer la compra es más fácil y cómoda, puesto que en ocasiones, los vecinos llevan productos que ellos mismos no pueden cargar. Según señaló el propio Adnan, suele llevar a la casa de sus clientes “sobre todo las cosas pesadas como el agua o la leche. Todo lo que es pesado. A parte, la compra. Hay mucha gente que hace la compra aquí. Viene género de Málaga, avisamos de lo que ha venido y pide sobre la marcha”.
Pese a que el local se les ha quedado pequeño, Adnan quiere seguir como está: rodeado de sus productos y de sus clientes, a quienes agradece su confianza. Este año, debido a la crisis sanitaria que provocó la suspensión de ‘La Mochila’, no ha vendido muchos frutos secos como en otros años. Sin embargo, el olor a boniato asado, típico producto que se puede encontrar en esta época de frío, seguirá inundando esta pequeña estancia.
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