Si hay un rasgo diferenciador de la tienda Electrónica Elven es que sus clientes siempre salen con una solución y una sonrisa. Llevan desde 1981 atendiendo al público. Fue Enrique Sánchez Benítez el que con 30 años, después de muchos trabajando en el sector, comenzó su andadura vendiendo todo tipo de productos, aunque antes lo hacía en el número 19 de la calle Juan I de Portugal. Se han ido adaptando a los cambios en la demanda a una velocidad de vértigo.
“Este negocio lo fundó mi padre en 1981 haciendo trabajos de intercomunicación, lo que son sistemas de alarmas, puertas acorazadas, todo lo que eran instalaciones, comunicaciones y ese tipo de cosas. Después fue agrandando lo que es el negocio y con los años se hizo empresa también de seguridad homologada por Defensa. Aquí en Ceuta era la única que trabajaba en aquella época y que podía entrar en los acuartelamientos con todos los permisos y requisitos. Es a lo que nos hemos dedicado durante muchos años, pero mi padre se jubiló hace cinco y yo llevo ya casi seis años al frente del negocio solo”, cuenta Enrique Sánchez Sánchez, propietario de ‘Electrónica Elven’.
El nombre de Elven es en realidad un juego de letras de los miembros de la familia
Enrique, el hijo, lleva toda la vida junto a su padre “echándole una mano” desde que terminó el servicio militar. Desde pequeño le gustaba acompañar a su padre en su trabajo y heredó, además del nombre, esta pasión por la electrónica.
Es un negocio que cumple ya 40 años desde que se fundó y que ha querido transformarse según las demandas de los consumidores para que se sientan como en casa, ya que para ellos los clientes son el verdadero motor del negocio. Aunque la verdad es que pocas cosas han cambiado a lo largo de los años en este local, que permanece casi intacto desde que se mudaron a la calle Real.
“Nosotros al venirnos aquí, empezamos vendiendo extintores, material eléctrico, algunas cosas de electrónica y sonido... sobre todo electricidad. Ahora también estamos metiendo pequeños electrodomésticos. Los tiempos han ido cambiando porque antes teníamos hasta unos 16 trabajadores y ahora estoy yo solo. Teníamos un taller de recarga de extintores y nos dedicábamos a la instalación de alarmas y antenas. Y ya todo eso lo hacemos menos desde que mi padre se jubiló. Ahora estamos más centrados en lo que es la tienda solo”, explica.
El nombre de Elven es en realidad un juego de letras de los miembros de la familia: Enrique padre, Lalo, Vanesa y Enrique hijo. Es una pequeña tienda en pleno centro, en el número 67 de la calle Real desde hace 12 años, a la que han afectado mucho estos meses de pandemia y que durante el confinamiento estuvo cerrada solamente unas semanas.
“En el confinamiento estuve solo un mes cerrado, después ya trabajando”
“Al principio estuve cerrado, pero poquito tiempo. Estuve prácticamente solo un mes cerrado, después ya estuvimos trabajando porque podíamos abrir al ser esenciales y la verdad, sin ningún tipo de problema. Aquí vamos tirando de momento”, continuaba el dueño de la tienda.
Venden todo tipo de artículos de electrónica como baterías, pilas, cargadores, bobinas, botones y mandos, cables, cajas de electrónica, alarmas, cámaras, fusibles, herramientas, interruptores y sistemas de seguridad. Pero han notado una bajada importante en las ventas. “Se ha notado un poquito que han bajado las cosas, pero de momento estamos ahí navegando. También porque al estar yo solo y ser nuestro local, no tenemos muchos gastos y quieras o no, por ahí nos salvamos. De momento, estamos aguantando el chaparrón, que yo sé que está siendo duro para muchos compañeros de negocios y a ver si acaba esto y podemos todo el mundo remontar y volver a la normalidad”, concluyó.