Hace unos 20 años Miguel Romero se enamoró de un vino de la bodega Gramona en un viaje que hizo a Marruecos con su familia. Con tan solo 18 años tuvo claro que ese producto tenía que introducirlo en Ceuta. Pero no fue hasta los 24 años cuando se lanzó a poner en marcha una
tienda de vinos que aún no era la actual.
“Esta tienda la abrimos en 2012, pero antes ya teníamos una en Millán Astray. Desde 2007 hasta 2012 estuvimos allí y luego nos trasladamos a esta que era un poquito más grande ya que cada vez traíamos más artículos y más referencias porque la otra, la verdad, se nos quedó pequeña”, comenta Miguel Romero, propietario de la tienda
‘Algo más que vinos’.
Este establecimiento lleva desde aquel enero de 2007 emocionando a los más adultos que disfrutan con un buen vino, pero empezó siendo una tienda muy pequeñita en el centro y vendiendo solo algunas botellas de unas cuantas bodegas, por lo que en diciembre de 2012 se trasladaron a la Plaza Teniente Ruiz.
“Esto era una
empresa familiar en la que estaba mi padre con un socio y yo empecé con ellos con 20 años. Al final nos quedamos mi padre y yo con una parte del negocio y poco a poco me fue apasionando más el mundo de los vinos. Mi padre tenía una cartera de 4 o 5 bodegas y fuimos ampliando hasta las que llevamos ahora que son unas 20 aproximadamente”, recuerda.
‘Algo más que vinos’ es un proyecto en el que llevan trabajando Miguel y su hermano Juan Luis más de una década, dedicado a la venta y distribución de vino y la difusión de todo lo relacionado con la cultura vitivinícola. “Nosotros sobre todo somos mayoristas de hostelería, pero como cada vez traíamos más referencias, pues queríamos poner también un punto de venta para el cliente final particular. Por eso decidimos ponerlo en el centro y la cosa fue poco a poco. Cada vez tuvimos más y más clientes y la verdad que muy contentos”.
‘Algo más que vinos’ lleva desde aquel enero de 2007 emocionando a los amantes del vino
Hoy en día encontramos todo tipo de productos de vinos tintos, blancos, dulces o semidulces, rosados, vermut, licores, espumosos, cavas y una gran variedad de productos gourmet para acompañar una buena copa de vino. “Tenemos algo de licores, ginebras, güisquis y también productos de delicatesen como quesos, jamón, embutidos, y algunas cositas más, pero lo principal es el vino”.
Supieron adaptarse a la situación y aumentaron su servicio de reparto a domicilio para evitar que los clientes tuvieran que desplazarse hasta la tienda.
“En el confinamiento estuvimos cerrados, pero hicimos reparto a domicilio, estuvimos repartiendo y de hecho, seguimos haciéndolo porque como todavía hay gente confinada o que con todo esto del COVID no quiere salir fuera o les es más cómodo para no tener que ir cargados hasta casa. A través de las redes sociales íbamos pasando listas de precios, nos iban encargando cosas y la aceptación fue bastante buena”.
Es una empresa familiar que como tantas otras ha tenido que adaptarse a una nueva forma de trabajo y que ha notado la bajada en las ventas “porque dependemos mayoritariamente de la hostelería”.