En el año 78, lo que llamamos transición fue, en primer lugar, una reconciliación de las dos Españas. Lo hicimos de una manera ejemplar y el mundo entero se admiró de nuestra forma de pasar de una dictadura a una democracia liberal sin grandes traumas.
La transición culminó con aquel congreso del PSOE donde Felipe Gonzalez dijo aquella famosa frase “Somos Socialistas antes que Marxistas”, que todos interpretamos como que el partido socialista pasaba a ser un partido “socialdemócrata Europeo”.
La segunda transición, a mi entender, consistiría en que la gran mayoría de los Españoles aceptemos que sólo hay democracia con un libre mercado y con protección de la propiedad privada, sin este requisito las democracias no lo son. Donde no existe ni libre mercado ni propiedad privada no hay democracia. Puede ocurrir que haya libre mercado y propiedad privada y no haya democracia, como ocurre en China o Rusia, pero, lo seguro es que si hay democracia hay libre mercado y propiedad privada.
Todos creíamos hace unos años que estos principios estaban claros en nuestro País, hasta que llegó Pedro Sánchez y hemos visto ataques injustificados contra la libertad de mercado y contra la propiedad, claramente ataques a la libertad de los Españoles que algunos empresarios han puesto pie en pared y se han llevado la sede de España y esto no ha hecho más que empezar.
Yo creo que en España la gran mayoría de Españoles tienen estos principios muy claros, pero hay que asegurarse de que no se votan a partidos políticos que, aunque juran la constitución, no quieren aplicársela, políticos con ideas trasnochadas de filósofos y sistemas ya más que superados como Marx, Lenin, Stalin etc. Etc. Defensores de colectivizaciones, de expropiaciones, de recortar los derechos de los propietarios, en definitiva, políticos que creen que los ciudadanos deben someterse a sus ideas porque ellos conocen mejor que los ciudadanos lo que les conviene, con lo cual recortar nuestros derechos es por nuestro bien y por la igualdad, para acabar igualando a todo el mundo en la miseria mas absoluta.
Otros políticos, como el psicópata de la Moncloa, cree que el poder es suyo, que el resto de Españoles es imbécil y el hará “lo que tenga que hacer” para mantenerse ahí, sin importarle el bienestar de los ciudadanos si no que únicamente le interesa “su bienestar” y el de sus secuaces mientras estos le “sigan la corriente”, cuando dejan de hacerlo pasan a ser enemigos a batir. Con nuestros votos le hemos dado poder a “delincuentes” “antisistemas”, “Gamberros” y “gentuza” en general que lógicamente actúan desde el poder como tales, porque es lo que saben hacer, “gamberradas” “delitos”, “chulear al Rey”, “Chulear a los jueces”, y “Chulearnos a todos y cada uno de los Españoles” como si fueramos una “mierda” y todos callados, porque si no te callas, vamos todos a por ti. Utilizan para ello a medios de comunicación comprados y pagados, por supuesto esos medios y esos periodistas sin escrúpulos ni ningún aprecio por la verdad, porque la verdad no existe y lo único que importa es lo que diga el psicópata aunque sea una “gilipollez” .
En definitiva, necesitamos hacer la segunda transición los Españoles de bien, unirnos socialdemócratas y liberales, aceptando las reglas de la democracia liberal, la única que existe, y no volver a permitir que vuelva a ocurrir lo que ocurrió en las últimas elecciones con nuestros votos. Hacernos responsables de nuestros actos tanto para bien como para mal sin permitir que nos digan desde el poder lo que tenemos o no tenemos que hacer, somos adultos y responsables, si las cosas nos salen bien nos alegramos del triunfo y si nos salen mal nos responsabilizamos de las consecuencias, no necesitamos que los gobiernos se hagan cargo ni de nuestros fracasos ni de nuestros triunfos, actuemos como personas libres y responsables y no permitamos que vengan “salvadores” a decirnos lo que tenemos que hacer.
Luchemos por nuestra libertad, la igualdad está ya en nuestras leyes, apliquémoslas correctamente y tengamos claro que somos iguales en derechos pero en nada más. No hay dos personas iguales, no permitamos que se nos quiera igualar en la miseria. Alegrémonos por los que triunfan e intentemos aprender de ellos, la envidia es un arma de destrucción masiva.