En las declaraciones del presidente Vivas se deja bien claro que la colaboración con el Gobierno marroquí debe pasar por el establecimiento de una aduana comercial en el Tarajal, que “permitiera normalizar y regularizar ese flujo importante de las mercancías y para buscar mecanismos de cooperación para potenciar las ofertas turísticas a ambos lados de la frontera, de manera que se pudiera ofrecer a los peninsulares visitar el vecino país y viceversa”.
No podemos olvidar que la inexistencia de una frontera en el Tarajal no es cuestión española, que la tiene aprobada desde hace más de cincuenta años, sino que se necesitaría la aprobación de la parte marroquí. Es una de las aspiraciones que figura en el documento de medidas para el futuro económico de nuestra ciudad que se aprobó por el pleno de la Asamblea autonómica.