El vicario general de Ceuta manifestó que “Dios, que es el origen de todo bien, recompensará con creces” a las personas que se esfuerzan a diario en esta labor
“La Residencia Nazaret es una institución de la Iglesia Católica en Ceuta, conocida y querida por todos, que lleva años haciendo una labor encomiable en esta ciudad”. Con estas palabras, el vicario general de Ceuta, Juan José Mateos, resumió la importancia de esta institución galardonada ayer en el Auditorio del Revellín.
El vicario general de la ciudad autónoma recordó que esta institución forma parte de un proyecto benéfico asistencial promovido por un grupo de seglares católicos ceutíes a finales de la década de los 60 del pasado siglo, entre los que destacan Francisco Lería, José Luis Iravedra, Manuel de la Rubia, José Jiménez García, Santiago Ayora, Jaime Antón, y otras muchas personas.
Este grupo de católicos, después de hacer realizado los cursos de cristiandad, decidieron en febrero de 1967 fundar la Pía Unión de la Fraternidad en Cristo, que fue aprobada y erigida canónicamente por el entonces obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Antonio Añoveros Ataún el 7 de julio de ese mismo año.
La Residencia Nazaret –explicó el vicario– fue el “primer pilar” de ese campo directo asistencial y fue bendecida por Añoveros el 15 de diciembre de 1968. En el 73 se unió la institución del Amor Fraterno para la atención de niños y niñas con minusvalías y deficiencias, y en 1977 el Centro Escolar Amor Fraterno y la Residencia Betania del Monte Hacho.
Mateos continuó explicando que a partir de1978 la institución recibió el apoyo del Ayuntamiento de Ceuta mediante un convenio de colaboración. En 1985, el director de la entidad, Manuel de la Rubia, firmó un convenio con las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, para hacerse cargo estas religiosas de la asistencia de Nazaret, ejerciendo su labor hasta el año 2003, que por falta de vocaciones tienen que dejar la ciudad.
El vicario recordó que Nazaret ha recibido varios premios y galardones “como prueba de su buen hacer”, así como un reconocimiento a las personas que trabajan “y a tantos que de forma sencilla y silenciosa prestan su ayuda a los más necesitados, a los ancianos”. Así, añadió que en 2001 recibió el Premio Convivencia, siendo presidente de la Ciudad Antonio el gilista Sampietro.
Agradecimiento
El vicario general de Ceuta agradeció, en nombre de todas las personas que colaboran con la Residencia Nazaret, a la Ciudad la concesión de la Medalla de la Autonomía y finalizó diciendo que “Dios, que es el origen de todo bien, recompensará con creces a las personas que trabajan y se esfuerzan cada día por llevar a cabo esta labor encomiable”.
Aunque fue el vicario general de Ceuta quien intervino tras la entrega de la Medalla de la Autonomía a Nazaret, esta fue recogida por su director, Manuel de la Rubia.
En el transcurso del acto, se proyectaron vídeos sobre las dos instituciones galardonadas en la tarde-noche de ayer.
La concesión de las medallas de la autonomía, decisión de todos
La secretaria general de la Ciudad, María Dolores Pastilla, recordó los distintos pasos que se han dado para la consecución de las medallas. En primer lugar, el Pleno, en sesión ordinaria celebrada el 17 de julio adoptó el acuerdo del 9 de julio de la comisión informativa de Presidencia, Gobernación y Empleo al objeto. Bajo la presidencia de la consejera, Yolanda Bel, se acordó entregar las medallas a la Residencia Nazaret y al Instituto de Estudios Ceutíes “al reunir méritos suficientes para hacerse acreedoras de las mismas”. Este año, por primera vez, se ha llevado a cabo la creación de una comisión de valoración integrada por representantes de diferentes sectores sociales con la finalidad de que la elección no recayese únicamente en políticos y por tanto dándole un giro más adecuado a las distinciones al ampliar el consenso de diferentes representantes de la ciudad”. También consta en el expediente una introducción de cada una de las instituciones propuestas, donde se impone una semblanza histórica y una definición de sus fines. La votación contó con el voto a favor del PP y ninguno en contra, por lo que se dictaminó favorablemente la propuesta. En el pleno, con unanimidad de los miembros presentes que implica mayoría absoluta se acordó conceder las medallas a ambas instituciones.
Música y danza completaron el acto en el Auditorio del Revellín
Música y danza completaron ayer el acto institucional del Día de Ceuta en el Auditorio del Revellín. La Escuela de Danza María José Lesmes participó en el acto ofreciendo un fragmento del espectáculo ‘Crisol de culturas’. Las bailarinas actuaron en dos ocasiones, representando las cuatro culturas que viven en la ciudad autónoma. También participó la Asociación Cultural Banda de Música Ciudad de Ceuta. Interpretó Marcha Radetzky, de Johann Strauss. También participó un cuarteto de clarinetes, ejecutando la pieza Misty, del autor Erroll Garner. Los asistentes al acto de entrega de medallas de la autonomía al Instituto de Estudios Ceutíes y a la Residencia Nazaret valoraron la labor de los músicos aplaudiendo sus intervenciones.
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