Que nadie se olvide de los afectados

La DANA que ha azotado a la Comunidad Valenciana es el mayor desastre natural de la historia de España. Un desastre que nos debe hacer reflexionar sobre la imperiosa necesidad de tomarnos el cambio climático como un fenómeno muy grave que ya está entre nosotros y, por supuesto, la necesidad de marcarnos metas que impidan que estas desgracias personales y materiales ocurran en estas tristes dimensiones.

La solidaridad de todos los españoles ha sido excepcional y, una vez más, mostramos al mundo el verdadero ADN de un pueblo que sabe responder para ayudar de forma altruista. Las televisiones y medios de comunicación de todo el mundo contemplan asombrados la respuesta inmediata de ciudadanos dispuestos a arrimar el hombre y ayudar a sus compatriotas. Una respuesta que nos muestra la cara más positiva de esta tragedia y, ahora, solo toca esperar la respuesta de las distintas administraciones.

Esta primera respuesta ha sido ejemplar, pero no debemos olvidar que después de estos primeros días de acompañamiento ciudadano llegarán otros muchos más de angustias y necesidades que, con el paso del tiempo, se puede ir diluyendo hasta que los afectados se queden en la más absoluta soledad humana y económica.

Puede que algunos piensen que esto que escribo es un desvarío, pero esta tragedia me ha traído a la memoria la crecida de agua en el barranco de Arás en 1996. Una tragedia que se llevó por delante el camping Las Nieves, situado en la desembocadura del río.

El camping fue arrasado, falleciendo 87 personas y cientos sufrieron heridas. Una tragedia que tuvo una respuesta de solidaridad ejemplar, pero con el paso del tiempo se fue diluyendo y los perjudicados tuvieron que organizarse para reclamar las indemnizaciones económicas.

Una lucha judicial de los afectados que duró hasta el año 2005, cuando la Audiencia Nacional condenó al Gobierno de Aragón y al Ministerio de Medio Ambiente a indemnizar solidariamente con 11,2 millones de euros a 63 de las 87 víctimas mortales, ya que el resto no se personó en el proceso desmoralizados ante las muchas trabas que les puso la administración.

Que la historia no se repita.