A pesar de que la estancia del Rey Juan Carlos I en suelo algecireño apenas duró un par de horas, los momentos previos a su llegada arrojaron varias imágenes y anécdotas que no escaparon a los objetivos de las cámaras. Desde la coordinación de varias decenas de periodistas, encargados de cubrir la información para todos los medios de comunicación nacionales, hasta el poco acogedor recibimiento que algunos ciudadanos con claras inclinaciones republicanas prepararon a Su Majestad al portar, a la entrada de la Comandancia General de Algeciras, varias banderas tricolor. De todos modos, no fueron demasiados los curiosos que se acercaron para tratar de ver durante unos segundos al monarca. Aún así, todo el que pasaba por allí, ante el importante dispositivo policial y la parada de curiosos hacían la misma pregunta: “¿Ya ha venido el Rey?”.
Lo que no faltaron fueron efectivos de seguridad que, prácticamente en cada esquina de buena parte de la ciudad, vigilaban que todo transcurriera con normalidad. Especial atención recibió la zona portuaria, hasta la que llegó don Juan Carlos en helicóptero pasadas las 13.00 horas, y las proximidades de la Comandancia de la Guardia Civil. Además, como durante estos días Algeciras celebra su Feria, al mediodía comenzaron a verse los primeros volantes en dirección al recinto ferial situado justo enfrente de la Comandancia.
Asimismo, también hubo tiempo para escuchar algunas bromas sobre los últimos episodios que han salpicado la imagen de la monarquía española. Una visita fugaz en la que el máximo representante de la Casa Real española no se salió ni un milímetro del papel que en el día de ayer tenía encomendado. Apretones de mano, algún abrazo, fotografías y, para ciudadanos y medios de comunicación, apenas un leve movimiento de su mano de derecha en señal de saludo que dejaba un sabor agridulce ante la falta de cercanía.