El Centro de Mayores, gestionado por el Imserso, ha organizado este lunes una charla para dar a conocer la vida marina de la región a los usuarios del Centro de Estancia Diurna de Ceuta.
En esta ocasión, Blanca Valero, encargada de la divulgación de la Fundación Museo del Mar de Ceuta, ha mostrado a los mayores las curiosidades que albergan las profundidades de las costas ceutíes. Además, ha mostrado unas piezas de los esqueletos de las distintas especies que han quedado varadas en las playas durante estos años.
Valero ha explicado que la actividad ha consistido en mostrar la biodiversidad que existe en el Estrecho de Gibraltar y especialmente en Ceuta y un poco sobre el pasado de las especies. También, se ha hablado de las balleneras que hubo en Beliones y en Getares , que pudieron influir en la población de estos animales que había.
“Queremos que nos cuenten si recuerdan haber visto roncuales o cachalotes en esta zona. Además, se ha comentado sobre ciertas especies que hay emblemáticas en la región y su interacción con ellas y cómo es la comparación de la vida ahora y antes para ver su percepción del medio ambiente”, ha indicado.
Importante riqueza del fondo marino ceutí
Asimismo, ha puesto énfasis en que hay mucha riqueza en el fondo marino ceutí, de hecho, hay corales como el anaranjado que es muy fácil de ver, desde invertebrados como los erizos o las estrellas de mar, que quizás no se sabe que existen, pero si al encontrar estas muestras se aporta una idea de esta riqueza.
“Estas actividades que hacemos desde cualquier centro o empresa que se dedique a la educación, surge porque nuestro edificio ya no era viable para almacenar ni las muestras ni abrirlo al público, justo en el muelle España surge la iniciativa de Museos Abiertos para dar a conocer todos estos conocimientos para cualquier ciudadano”, ha indicado.
Una de las usuarias, Pilar García, ha manifestado que está muy contenta de que se hagan actividades como esta y ha recordado algunas vivencias de otros años como cuando se ponían los salazones en los puestos de la lonja.
Otra asistente, Milagros Corrales, ha afirmado que le ha parecido muy interesante el trabajo de esta fundación y le ha trasladado a la infancia, por ejemplo, cuando ella recogía las lapas, los erizos, que hasta se los ha comido, aunque ahora están más protegidos.
Por otro lado, Carmen León, también usuaria del Imserso, ha recordado a su familia, que era de tradición de pescadores y siempre traía pescado fresco. También, ha señalado que trabajó en la conservera de Carranza o la de Benito de la Morena, en las que limpiaba pescado como el atún o la caballa, que lo hacían en latas grandes y después en la tienda se vendían al peso.