La Delegación de la Comisión Islámica de España (CIE) en Ceuta reunió ayer a alrededor de 7.500 caballas en Loma Margarita en el rezo comunitario al aire libre, la Musal-la, de fin de Ramadán, una tradición que la ciudad autónoma recuperó en 2008 y que hasta ahora había tenido doble cita. Su unificación de la mano de la UCIDCE y Luna Blanca es uno de los motivos por los que fue histórica tras dos años sin poder desarrollarse por la pandemia.
La cita fue un ejemplo de unidad, pero no solamente entre los fieles locales de confesión islámica, sino también un modelo de colaboración con la Ciudad Autónoma, que puso a su servicio todos los medios de la administración local; de la Comandancia General, que cedió el terreno; de las Fuerzas de Seguridad, que ordenaron la formidable aglomeración de personas y vehículos que se produjo... Exactamente igual que en Semana Santa, que hace pocos días también puso de manifiesto la esencia de encuentro y concordia de Ceuta.
El final de Ramadán también tiene este año una significación especial por haber sido incluido por primera vez en el calendario laboral, una decisión de la Asamblea que da más coherencia a la realidad administrativa de la ciudad con su sociedad. Conseguir encajar la previsión del calendario lunar con meses de antelación con su devenir real es un desafío en el que los representantes de la comunidad musulmana y la Ciudad tienen que seguir trabajando para evitar disfunciones.
Toda los ceutíes deben asumir y valorar como propias todas sus fiestas, sean del credo que sean o no se adscriban a ninguno, como el Día de la Autonomía, para seguir avanzando en el camino de laconvivencia.