En el cuartel de la Guardia Civil declaró que pretendía ir en su embarcación a la península
El hombre de origen marroquí que fue detenido en la noche del miércoles por componentes de la Guardia Civil después de intentar fugarse del Servicio Marítimo fue condenado ayer al pago de 540 euros de multa por incurrir en una desobediencia. El hombre, que fue trasladado a primera hora a las dependencias judiciales, reconoció los hechos asumiendo la condena que, por el delito en sí, no contempla una expulsión.
Ante el juez no ofreció declaración alguna que pudiera hacer entender su comportamiento, pero en las dependencias de la Guardia Civil, en la noche de los hechos, manifestó que había salido de aguas marroquíes a bordo de una embarcación con la pretensión de alcanzar las costas peninsulares.
La pequeña nave de fibra quedó intervenida por el Servicio Marítimo en su base, sin que se encontrara nada en su interior. Tal y como se explicó en la edición de ayer, el piloto comenzó la escapada al ver la embarcación oficial, protagonizando una huida que le llevó a la zona de la Ribera, Sarchal y Fuente Caballo. Tras embarrancarla, fue detenido por componentes de patrullas. La propia Guardia Civil tampoco se explicaba el comportamiento de este sujeto.
Hace una semana otro piloto, esta vez de una moto de agua, también salió de aguas marroquíes iniciando una escapada de la Guardia Civil hasta terminar embarrancando su vehículo en la playa del Chorrillo. Los dos casos, en apariencia similares, no tienen relación.