Categorías: Sociedad

Mujeres, madres, divorciadas... valientes

Mañana cumplen dos semanas en Ceuta tras arribar a nuestras costas en medio de una noche lluviosa. Son Amina y Niaga, dos malíes cuyas historias nos muestran un nuevo perfil en el siempre heterogéneo abanico de la inmigración ilegal: el de madres divorciadas que dejan atrás a sus pequeños para garantizarles un futuro mejor

Mohamed se confiesa feliz al sentir a su madre un poquito más cerca. Desconoce dónde está Ceuta, pero ella le ha dicho que es una ciudad de España. El pequeño, de diez años, vive desde hace uno y medio en Turín junto a su padre. “Cuenta con un pasaporte diplomático y, gracias a él, trabaja legalmente en Europa”, explica Amina. Al narrar estas cuestiones íntimas su rostro se tensa dejando atrás por unos minutos esa perpetua sonrisa que da luz a su cara marrón chocolate. Cuenta que, de la noche a la mañana, él la abandonó. Se marchó a España llevándose consigo al mayor de sus dos hijos. De eso hace más de dos años. Desde entonces a Mohamed solo lo ha visto a través de la pantalla. “Con el niño hablo y lo veo por Skype, ¿con mi ex marido? No, con él no suelo hablar, la situación me genera bastante vergüenza porque al fin y al cabo decidió marcharse de mi lado”, reconoce.
El primer día de 2013 Amina alcanzará la treintena. Una edad tan buena como cualquier otra para tomar las riendas de su vida y emprender una nueva. Por sus hijos y por su madre. “Tengo otro niño de cinco años, le he dejado con mi madre en Gao, se llama Hadim”, explica. El mismo nombre que el mayor de los vástagos de su amiga Niaga. Ella, además, tiene una niña. “Mandiara”, responde bajo el pañuelo estampado que esconde su pelo. Niaga apenas habla. A diferencia de su amiga, no sabe francés, sino que se comunica en bambara u olof (dos dialectos de su país de origen) o el poco árabe que aprendió en el colegio.
Esta es una de las escasas diferencias entre ambas. Tan solo seis meses las separan en edad, han parido dos veces, se han divorciado en el seno de un país donde esta práctica está mal vista, han dejado a los niños con sus madres y ansían un futuro mejor en un lugar en el que exista libertad; en el que los conflictos familiares y religiosos no estén constamente amenazando las vidas humanas al igual que le ocurrió al padre de Amina, asesinado cruelmente a causa de la religión. Esté donde esté, Amina sabe que él continúa acompañándola y por eso ha logrado pisar suelo español tras dos semanas agazapada en el bosque de Castillejos. “Durante esos quince días en que anduve escondida no comía y no dormía nada, me daba pánico pensar que los militares marroquíes me descubrieran y me hicieran daño”, narra. Se señala la cara, sin duda más recuperada que cuando llegó, y cuenta que la inanición le provocó manchas en la piel de las que aún se recupera. A parte, la malí confirma lo que más o menos todos sabemos. Que al otro lado son cientos los subsaharianos que sobreviven a duras penas a la espera de su oportunidad. También hay mujeres, pero es raro encontrar niños. “Coincidí con una mujer nigeriana que había llegado con su hijo de cinco años, pero tras varios días esperando decidió ir a Tánger para ver si allí podía coger un barco más grande hacia la península”, explica Amina.
Sus ‘billetes’ a Ceuta les costaron 500 dirhams a cada una. Al cambio, algo menos de 50 euros. Dinero al que hay que sumarle los diferentes trenes que tuvieron que tomar desde Mali hasta Tánger. No viajaron juntas a pesar de que son vecinas de toda la vida y, coinciden, se consideran como hermanas. “No le dije nada porque no tenía ni idea de que ella también tuviera la intención de intentar llegar a Europa”, explica Amina, “pero cuando llamé al cabo de unos días de viaje concretamos que ella también huyera de Mali y acordamos vernos en Tánger”. Dicho y hecho. Niaga se libró de las semanas de paciencia e incertidumbre que tuvo que soportar Amina. “Llegué a Tánger el sábado y el domingo me monté en la balsa. Estuve en el bosque un solo día”, narra Niaga previa traducción al francés de Amina. Ni en sus mejores previsiones lo hubiera imaginado. Se siente afortunada.
Comenzaron a remar a eso de las tres de la madrugada del lunes 15 de octubre. Algo más de cinco horas después la Salvamar Gadir les rescataba junto a otros cinco compañeros varones. La imagen actual de ambas, en especial la de una, Amina, mucho más fuerte y entera, nada tiene que ver con las caras que ese lunes a primera hora pisaban Ceuta. “Hubo un instante en el que estaba tan desesperada, tenía tanto frío y me encontraba tan mal que pensé incluso tirarme al mar y comenzar a nadar”, confiesa Amina y, medio en serio medio en broma, añade: “No lo hice porque ella no sabe nadar y no me iba a seguir”. El teléfono de uno de sus compañeros, en posesión de una tarjeta de telefonía española, les salvó entonces la vida. Fue él quien directamente, “cuando vimos que ya estábamos muy cerca de aquí”, alertó a los servicios de emergencia españoles para que acudieran en su ayuda.
Atrás quedaba Marruecos donde, aseguran, las cosas no son para nada fáciles. Hay que sobrevivir. “Me robaron el bolso y me quedé sin nada”, comenta Amina, “y claro, allí no podría ir a la Policía ni conocía a nadie”. Por eso se vio obligada a buscar un trabajo si quería continuar su aventura. Permaneció un mes en ‘California’, una popular zona de Rabat, donde encontró un puesto donde ganar algo de ‘flús’. Su ex-jefa se llama Boushra, es la propietaria de un restaurante de comida rápida en la capital y estaba muy contenta con la eficiencia de Amina. Asegura que podría haberse quedado algún tiempo más ahí trabajando, pero como ese no era el motivo por el que abandonó su Mali natal, decidió seguir rumbo al norte. “Busqué el trabajo porque no me quedaba otra alternativa, así que en cuanto conseguí reunir suficiente dinero, me fui de allí”, alega la subsahariana.
Optó por pedir trabajo en un restaurante porque en Gao esa ha sido su profesión desde siempre. También la de Niaga, pues solían trabajar juntas regentando un puesto de comida en la calle. ¿Su especialidad? “El chebou-diene, un plato a base de arroz y pescado básicamente, y el fú-fú, que es como una especie de masa de harina acompañada con una salsa que puede ser de carne o de pescado”, indica Amina. Fue Fato, su madre y por la cual ha tardado tanto en dar el paso de la emigración, quien desde muy pequeña la enseñó a cocinar los platos típicos de su país. “Aunque tengo muchos hermanos, incluída una hermana gemela, siempre he sido yo la que he vivido con ella y he estado a su lado, pero ahora se ha ido a vivir con un tío mío”, comenta Amina.
Poco o nada sabe Fato de las calamidades que su hija y la mejor amiga de esta han tenido que pasar hasta lograr pisar suelo español. “¿Si he visto cosas fuertes en Marruecos? Claro. Hay compañeros que optan por saltar la valla y se hacen grandes heridas al caerse para escapar de la Policía marroquí”, relata Amina, señalándose las piernas y dibujando sobre ellas largas rayas para indicar la longitud de las heridas. Quienes caen en manos de los agentes, si son varones, generalmente son enviados directamene a Uxda, en la frontera entre Marruecos y Argelia. Las mujeres, sin embargo, tan solo son llevadas a comisaría donde las tienen un día a lo sumo para, finalmente, ponerlas en libertad. Amina también estuvo allí. Aunque breve en el tiempo su trayecto de Mali a Ceuta ha tenido, como mínimo, para un extenso capítulo de una novela de aventuras. Una historia

 

Entradas recientes

Niños de Manzanera, sin columpios: con un candado por una queja vecinal

Los niños de Manzanera están, en pleno verano, sin poder disfrutar de los únicos columpios…

22/07/2024

Los cambios del nuevo Reglamento de Extranjería: formación, empleo y familia

El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha celebrado la tercera Conferencia Sectorial del…

22/07/2024

Rachid Ahmed: “Será una temporada dura”

Rachid Ahmed será el nuevo entrenador de la Real Sociedad La Pantera para la temporada…

22/07/2024

Una exhibición cinológica alegra la mañana a los residentes de Gerón

Con motivo del Día Internacional del Perro, la Comandancia General de Ceuta ha realizado una…

22/07/2024

Los chicos del campamento de Aden practican baloncesto inclusivo

Un año más, la Asociación de Discapacitados de Enfermedades Neurológicas y Enfermedades Raras de Ceuta,…

22/07/2024

La Encuesta | ¿Se va a quedar en Ceuta en Feria?

Un equipo de FaroTV ha salido a preguntar a la ciudadanía si prefiere quedarse en…

22/07/2024