Este jueves se ha celebrado la IV Muestra gastronómica ‘Nuestros Sabores’ en la Plaza de Nelson Mandela. Este tradicional encuentro ha comenzado al término del acto de entrega del Premio de Convivencia en el Teatro Auditorio del Revellín. En torno a las 21.00 horas, el sabor ha dado paso en forma de tapas típicas de las culturas cristiana, judía, musulmana e hindú de Ceuta.
Abierta al público en general, han sido muchos los interesados en participar atraídos por la variedad y vistosidad de los platos. A un precio simbólico de tres euros, los asistentes han podido recoger ocho recetas entre las que se encontraban tapas de vigilia, kosher, halal y vegetariano.
Cuatro puestos, uno por comunidad, han integrado la muestra. En cada uno de ellos se ofrecían dos recetas distintas. Se han querido respetar las exigencias culturales de todos ellos por lo que la carne ofrecida era de Halal y Kóser, así como la comida hindú era vegana. El puesto del colectivo judío ha presentado bolitas de ternera y letuario. La comunidad cristiana ha ofrecido guiso de pescado y torrija. Los platos musulmanes eran de cuscús de pollo y rollitos de verduras. Y en el stand hindú se podía probar arroz biryani y samosa vegetal.
Los stands han cuidado los detalles decorando las mesas con los colores identificativos de cada comunidad. En el caso de la mesa hindú, se han colocado polvos de la fiesta “holi” de color naranja, una de los eventos que organizan y que ha cobrado notoriedad en los últimos años.
Como viene siendo habitual, la recaudación íntegra de este encuentro irá destinada al Banco de Alimentos de Ceuta. En vista del éxito de las anteriores ediciones, este año se han preparado tapas para más de 500 personas, lo que hará un total de más de 4.000 platos que el pueblo ceutí pudo degustar en lo que ya se está convirtiendo en un ejemplo de convivencia en la ciudad, que en esta ocasión, se logró a través del paladar.
Este evento se lleva a cabo desde el año 2016, y nació bajo la idea de integrar las cuatro culturas de la ciudad y que disfrutasen de una velada agradable en la que charlar y compartir. Y es que la comida es solo el reclamo de esta actividad, ya que lo que se persigue es el acercamiento entre familias buscando diálogos “de sobremesa”.
Falta de coherencia y respeto por parte de la comunidad hebrea al ofrecer bolitas de ternera cuando los hindúes no lo pueden comer. Es como si la comunidad Hindú ofreciera alimento no kosher o cerdo por ejemplo. Se supone que había que respetar las exigencias culturales para que todos pudiésemos disfrutar de las distintas muestras gastronómicas.
Tuvimos que esperar más de 20 minutos para poder empezar a comer poque hasta que saliera el señor Vivas no se podia pedir nada....
No habia ni contenedores de papel ni contenedores de orgánico, y sí habia de vidrio cuando no te vendian absolutamente nada de cristal ¿Qué pasó?
Que los contenedores servian para tirar cualquier cosa. Entre la gente que no sabe reciclar y que los del cáterin iban con prisa, todo se tiraba en el primer contenedor que se viera, mezclándose todo.
Organización: una catetada.