La muerte no es el final

Como hijo del Cuerpo que soy, siento rabia e impotencia sobre los hechos ocurridos en Barbate la pasada noche de viernes; tristeza absoluta por esas familias que han sufrido ésa gran pérdida y que jamás volverán a ver a sus seres queridos.

Los hijos de guardias civiles sentimos mucho pesar cuando observamos el poco o nulo respeto que se tiene a este glorioso cuerpo que lo único que hace es defender (incluso con su vida) que podamos estar seguros por nuestras calles y no lo duden, un Guardia Civil, excepto deshonrosas excepciones, siempre velará por todos y cada uno de nosotros.

Jalear a narcotraficantes para que acaben como en este caso con la vida de otra persona me lleva a pensar en qué se ha convertido el ser humano, qué ética estamos enseñando a nuestros hijos para que piensen que los delincuentes son los buenos y los Cuerpos de Seguridad del Estado los malos.

A mí me enseñaron el respeto por la vida, el respeto por los demás, el respeto a nuestros agentes, agentes que cada vez que salen para ir a trabajar no saben si regresarán con sus seres queridos.

Eso lo he vivido yo en mis propias carnes cuando mi padre salía cada mañana, tarde o noche, porque el Guardia Civil lo es las 24 horas del día y los 365 días del año, sabiendo que podía pasarle algo y más en tiempos de ETA, que fue un auténtico suplicio, tener cada día mi padre que agacharse para mirar los bajos del coche y mirarme yo siendo aún un niño y decirme: “nada aquí haciendo ejercicio” y quitarle importancia para que yo no me preocupara. ¿En qué momento se ha perdido ese respeto? Me hago una idea, pero pido a los responsables de esto que lo solucionen, que le den a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado el lugar que tuvieron y jamás debieron perder.

Pediría encarecidamente a nuestro Gobierno, y en particular a nuestro Ministro del Interior (tengo que reconocer que le tengo muy poca Fe la verdad), que no siga echando balones fuera diciendo que tenemos los mejores Cuerpos de Seguridad cuando él sabe que no es cierto, y no me refiero a humanamente, que ahí le doy la razón, sino con medios; debe dotar de todo lo necesario para que puedan combatir el narcotráfico, debemos de estar a la altura de este gran país en que vivimos y dejar de lado los posibles rencores, aquí me refiero tanto a la Guardia Civil como al Gobierno, que pongan todo de su parte para que esto no vuelva a ocurrir, que unifiquen fuerzas y que vayan todos a una.

Perdonen si ya a partir de aquí me pongo más sentimental primero dar las gracias a El Faro de Ceuta por permitirme dar mi modesta opinión; no había escrito jamás un artículo de opinión y seguramente se note; prometo mejorar si escribo alguno más y en particular a alguien que trabaja para este medio, que es quién me ha animado a hacerlo, GRACIAS.

Mi padre ejerció su labor como Guardia Civil en la década de los 70, precisamente en la unidad de antidrogas en el Campo de Gibraltar. Es cierto que eran otros tiempos pero con problemas comunes; como ejemplo diré que una vez, o serían muchas más obviamente, yo recuerdo esta anécdota que me contó: persiguieron a unos delincuentes que iban en un Mercedes con un 1200 ; pasó lo esperado: se escaparon, lo que indica la falta de medios pero cómo decía, eran otros tiempos; eso sí, no había medios pero sí existía respeto hacia ellos o al menos yo lo veía así, aunque era un niño e igual mi perspectiva no era del todo real pero recuerdo tanto en los 70 cómo en los 80 (ya no tan niño) observar con orgullo cuando la Guardia Civil llegaba a desfilar a algún sitio eran jaleados (para bien) no cómo este pasado viernes noche que me han hecho sentir esta tristeza y esta impotencia, porque rodear a una embarcación con público y no parar hasta hacer que se hunda me ha recordado en cierta manera a la antigüedad, a esos actos de barbarie que se producían con público (circos romanos por ejemplo).

Perdonen el ejemplo me viene de formación profesional, no podemos permitir que esto se vea como algo normal y mirar para otro lado, hagamos entre todos una sociedad con valores y con esto no quiero generalizar, pero sí observo una degradación humana considerable y de gran calado.

Por favor, no permitamos que avance y luchemos porque actos tan deplorables no vuelvan a producirse jamás.

Por todos los guardias civiles que dieron su vida, la muerte no es el final.