Muchos bares de Ceuta están intentando controlar, de manera ilegal, la identidad de sus clientes, solicitándoles el nombre y su número de teléfono. Y lo argumentan basándose en
el último decreto publicado el pasado viernes firmado por el entonces consejero de
Sanidad, Javier Guerrero. Una situación que, desde luego, es totalmente ilegal porque no solamente ese decreto no solicita estos datos para la
hostelería sino únicamente para la restauración. En el punto 1 de ese decreto se establecen las nuevas medidas para Restauración y Hostelería y luego, en el apartado 1.7 se dice de manera textual: “El propietario o responsable del establecimiento de restauración deberá custodiar un registro de comensales, durante un plazo mínimo de 14 días, con nombre y apellidos y teléfono de contacto, a efectos de garantizar la trazabilidad epidemiológica por las autoridades sanitarias para la localización de contactos ante un posible caso positivo a COVID 19”. Los propietarios de estos establecimientos hosteleros no solamente estarían incumpliendo gravemente el decreto de la Ciudad Autónoma, sino también la Ley de Protección de Datos. Además, se entregan esos papeles para que se pongan los datos del clientes sin hacer ninguna advertencia de las razones por lo cual lo solicitan ni en qué texto legal se apoyan. Pero, sin embargo, no hacen cumplir a los clientes, en la mayoría de ellos, el nuevo apartado del mismo decreto de la Ciudad que obliga a que los clientes tienen la obligación de no quitarse para nada las mascarillas, salvo en el momento en que estén bebiendo o comiendo. Nada más que tiene uno que darse un vuelta por las calles de Ceuta y se observa claramente que todos los clientes continúan con las mismas costumbre que anteriormente a la publicación del citado decreto de la Consejería de Sanidad. Por lo tanto, los intentos de un mayor control para reducir los contagios con la entrada de esta medida no está teniendo ningún valor porque no se cumple y los hosteleros no están obligando a los clientes. Desde luego, la Asociación de Hostelería tendría la obligación de remitir a sus asociados una circular donde les explicaran estas medidas y que les adviertan que es muy grave solicitar a los clientes sus datos personales. Un intento de control que está hasta penado por parte de la legislación. Y que les adviertan también de la obligación de permanecer con las mascarillas salvo las circunstancias anteriormente explicadas. Por otro lado,
la Policía Local también debería controlar aún más las nuevas normas establecidas en el decreto porque el cumplimiento es prácticamente mínimo.