Hace apenas una semana, Juan Antonio Moya, cabo del Cuerpo de Bomberos de Ceuta y palista del Club Los Delfines, se hacía con varias medallas en los 'X Juegos Europeos para Policías y Bomberos'.
Un nuevo logro que suma en su amplia trayectoria deportiva, pues Moya siempre ha estado vinculado de alguna forma al deporte, considerándolo como una parte fundamental de su día a día.
Juan Antonio Moya conoció el piragüismo a sus trece años, “vino Paco Medina al colegio y allí nos captaron a algunos niños. A partir de ese momento, junto a dos compañeros del colegio, empezamos a remar”.
Su vínculo con este deporte fue tan fuerte, que hasta el día de hoy continúa practicándolo junto al Club Los Delfines.
Además de en esta entidad tan reconocida en la ciudad, de la que han salido grandes piragüistas, Moya también ha formado parte de otros clubes: “estuve también en Ceuta con Luís Castillo. También estuve fichado por el Sevillano, con el Círculo Mercantil”.
Sus comienzos en este deporte son recuerdos maravillosos para el cabo de Bomberos, quien señalaba que en los primeros entrenamientos “íbamos a la playa” y que, poco a poco, fue notando como esta modalidad deportiva “se me iba metiendo por las venas”.
Durante prácticamente toda su vida, Moya siempre ha estado vinculado al deporte, “cuando entré de bombero hice un parón en el piragüismo, pero nunca dejé de hacer ejercicio, ni de estar apretando el acelerador”.
Asimismo, todo el trabajo y el tiempo depositado en las sesiones de entrenamiento, siempre daban sus frutos, pues son muchos los logros que ha alcanzado Moya en su amplia carrera deportiva: “En campeonatos de España he cogido medallas, en campeonatos Autonómicos también he cogido medallas, en los campeonatos de Andalucía también. Durante cuatro años consecutivos quedé campeón en los 100 metros urbanos que se celebraban. Los dominaba y llegué a bajar de los once segundos”.
Una persona tan destacada en el deporte que, hasta en la prueba de cuerda de su oposición, “quedé primero con un tiempo de 4 minutos y poco. Al tribunal no le dio tiempo ni el crono cuando se dieron cuenta que ya había llegado a meta”.
Fue a raíz de entrar a formar parte del Cuerpo de Bomberos cuando “comencé a entrenar para los Mundiales y ya me enganché a ello. Los resultados ahí están”. Asimismo, volvió a retomar su pasión, el piragüismo, donde “empecé a remar de nuevo y empecé a cosechar nuevos triunfos”.
Su llegada al Cuerpo de Bomberos de Ceuta fue “por mi abuelo”. Con tan solo 16 años, “me dijo que mi padre no tenía para costearme una carrera. Me dio los temarios y me dijo que ya podía empezar a estudiármelos. Así que nada, me puse con ello. Evidentemente el físico lo tenía y no tenía problemas para estudiar porque memorizo muy bien”.
Con respecto a las oposiciones, Moya destaca que “ahora es mucho más difícil. Todo va cambiando y los niños que están entrando ahora son todos unos portentos”.
Desde el momento que se puso el equipo, el cabo de Bomberos compagina su trabajo con el deporte. Una tarea que a veces es complicado de llevar a cabo, “sobre todo fuera del Parque, cuando estás en tu casa con la familia, puesto que también tienes que prestar atención a la familia”. Aún así, “con dos horitas al día, me las apaño como sea para entrenar cuando pueda”, señala Moya.
“Había perdido unos 20 kilos”
La época Covid no fue fácil para nadie, pero menos para aquellos que lo vivieron de cerca. Entre esas personas estuvo Juan Antonio Moya, quien acabó ingresando en la UCI “porque ya no había más puertas dónde pegar”.
Una etapa de su vida de la que “siempre estaré agradecido a doctor Leopoldo, a su equipo de UCI, a la médica dos, a la rehabilitadora y a su equipo entero que tiraron para delante conmigo”.
Dos meses después de salir de la UCI, Moya tenía claro que tenía que volver a hacer deporte. Fue junto a su hijo Lucas con quien comenzó su nueva andadura deportiva: “A los dos meses de estar en casa empecé a trotar con mi hijo. Yo le pedía que fuera él quien llevara el paso. Poco a poco fuimos adelante y hasta el día de hoy”.
Durante un año, Moya asistía a rehabilitación para recuperarse de las secuelas del Covid. Cuando volvió al Parque de Bomberos, “pesaba más el equipo que yo, porque había perdido 20 kilos. Me colocaba el equipo y yo no podía con él. Tampoco podía psicológicamente. Conté con ayuda de una psicóloga porque yo me metía en el cuarto a oscuras y lo pasaba muy mal. Tenía que pasar psicológicamente un duelo. Poco a poco lo he ido consiguiendo y hasta ahora”, destaca Moya.
Nuevos objetivos de cara al futuro
Juan Antonio Moya sigue cosechando triunfos. Los últimos, en los Juegos Europeos, una competición “a la que tenía que ir sí o sí, porque me lo debía a mí mismo”.
Para este nuevo proyecto, el deportista llevaba casi cinco meses preparándose: “Hace cinco meses comencé con la proyección hacia el campeonato. Normalmente cuando entreno combino cuerda con dominada, pero centrarme en ello fue hace cinco meses. Aunque tampoco voy a piñón, porque me cuido mucho para no lesionarme. No por hacer muchas repeticiones es mejor. Prefiero hacer menos y bien, para así poder llegar en condiciones. Me cuido mucho, porque para el deporte es fundamental ”.
Tras finalizar su participación en Braga, Moya ya tiene marcado su próximo objetivo. “Dentro de dos meses hay un campeonato de cinco o seis kilómetros de piragüismo al que me gustaría ir. Si no puedo, pues al menos ya he entrenado”.
Asimismo, “me gustaría un nuevo proyecto que se llama TCA, que consta de ocho pruebas diferentes. Es un proyecto largo que me tengo que plantear, pero en la prueba de cuerda, dominada y remo seguro que estaré”.
Piragüismo
Juan Antonio Moya lleva prácticamente toda su vida ligada al deporte, en concreto al piragüismo que “compagino con mis carreras”. Una pasión que continúa manteniendo con mucha ilusión, ya que “lo que estoy viviendo ahora en Los Delfines está a otro nivel”.