Van a por todas. Y si tienen que embestir a la
Guardia Civil, lo hacen. Esta tarde noche ha ocurrido en el entorno de la playa del
Tarajal, en Ceuta. El piloto de una moto de agua que había salido desde nuestra ciudad hacia Marruecos, regresaba con dos marroquíes a bordo. La Benemérita, que estaba haciendo servicio de control en la playa, detectó la entrada a toda velocidad del pasador y maniobró de acuerdo a los protocolos existentes para interceptar al vehículo acuático, en medio de este pase clandestino. ¿Qué hizo el piloto? No detenerse y embestir a la goma del Servicio Marítimo, pudiendo haber provocado una auténtica masacre.
La ambulancia del 061 ha sido activada al momento, teniendo que desviarse hasta dos unidades. Uno de los tres ocupantes de la moto de agua ha tenido que ser atendido en la propia playa ya que se quejaba de dolor en una pierna, evaluándose allí las posibles heridas que tendría. Los otros dos han sido valorados in situ, haciéndose entrega además de mantas y comprobando su estado. El conductor de la moto de agua es vecino de Ceuta y queda detenido por delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.
La violencia con la que pretenden llevar a cabo los pases es una constante para los que dedican este verano a ejecutar traslados de
inmigrantes a bordo de motos de agua o phantom. Ya ha habido varios accidentes, pero el de esta tarde en la playa del Tarajal ha sido uno de los más relevantes y podía haber terminado con una auténtica desgracia. La Benemérita dispone de unidades de control de forma permanente en los espigones y las costas, pero los pasadores de inmigrantes buscan cualquier momento para ejecutar sus pases contando además con otras embarcaciones que les sirven de apoyo y camuflaje. A estos pases continuados se suman los robos de motos para la comisión del delito por el que obtienen importantes beneficios. La moto usada por el piloto para la comisión de este violento pase la acababa de robar en el puerto deportivo esta misma jornada. De hecho ya se ha denunciado el robo para que le sea devuelta a su propietario. Es una constante en este negocio de delincuentes en el que se mezcla el tráfico de personas, con los robos y otros delitos. Todo está relacionado porque en el fondo las pequeñas redes operan detrás de las distintas variables de la delincuencia.