“Éramos incomprendidos. Rebeldes que nos refugiábamos en esto”. Años antes este era el perfil de los moteros de Ceuta. El paso del tiempo ha hecho que esta imagen se desdibuje y que este grupo gane más adeptos. Así describe el cambio de paradigma en este mundillo el presidente del Adventure Trail Motoclub, Hamido Abselam.
Prueba de ello es esta tercera edición de la ruta motera de la entidad, que ha reunido a más de 200 amantes de esta disciplina deportiva. Concentrados en Gran vía, se han congregado para quemar rueda y hacerse notar a golpe de bocina.
La asociación tiene programadas para esta ocasión una serie de actividades que comienzan con este recorrido por distintas paradas destacables de la ciudad. La idea es mostrar puntos de interés al mismo tiempo que se disfruta de esta disciplina deportiva.
Acompañados o en solitario han partido desde este céntrico paseo para vivir una jornada completa de fin de semana. Parte de los participantes proceden de otras poblaciones, como, por ejemplos, de Marruecos y Portugal. Son en total 180 moteros de otras zonas los que se han inscrito en esta ruta.
Es el caso de Nadia. Ella y su pareja han viajado hasta la ciudad para revivir este encuentro. Llegados de Casablanca, por tercer año consecutivo transitan calles y senderos de Ceuta.
“Venimos para pasar un día maravilloso; hacer una rutita por aquí, comer, ir al parque marítimo. Después tenemos la cena por la noche y mañana vamos a visitar la tienda de nuestro sponsor. Más tarde tenemos el barco, el Desnarigado, que tiene dos rotaciones”, ha explicado Mohamed Amar, miembro de la asociación.
Lo principal de este día es disfrutar. Así lo ha trasladado el vicepresidente de ADV Motoclub. “Esperamos que vengan todos los ceutíes. Esta fiesta es nuestra. Hay que celebrarlo a lo grande. ¡Vivan las motos!, que son libertad”.
Aunque este acto tenga poca trayectoria, ello no refleja el peso que tiene el mundo del motor a nivel local. Así lo ha manifestado Abselam, que asegura que desde hace tiempo tiene cierta relevancia en la sociedad caballa.
“Siempre ha tirado y ha llamado la atención”, ha indicado. “Cuando veíamos que las cosas se ponían oscuras, nos montábamos en la moto y salíamos. No acatábamos mucho las normas”, comenta.
Abselam define al amante del motor caballa como un conductor “respetuoso” con el resto de usuarios de la vía. “Cumplimos con las reglas, como no puede ser de otra forma”, ha señalado.
De hecho, para la ocasión una veintena de miembros del club forman parte del equipo encargado de velar por la seguridad en esta concentración.
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