Mohamed Ragragi es uno de los muchos jóvenes marroquíes que siguen soñando con volver a su país. Hace más de un año que dejaba Castillejos para llegar a Ceuta en busca de trabajo sin saber que, con la llegada de la pandemia, salir de la ciudad no tendría nada de sencillo. Saloua El Fahssi, por su parte, abandonó Tánger por aquel entonces y ahora tampoco tiene cómo volver. Ellos son dos de los más de 200 nombres que la Delegación del Gobierno recopiló en sus listas para futuras repatriaciones. Una promesa que, de momento, sigue congelada ante el silencio del país vecino.
La crisis sanitaria recluyó a muchos marroquíes que quedaron atrapados tiempo atrás en la ciudad. Por este motivo, en septiembre del pasado año la Delegación del Gobierno habilitaba un número de teléfono para que pudiesen inscribirse en una lista dejando así constancia de todos aquellos que, estando en Ceuta, quisieran regresar a Marruecos.
Más de 200 nombres fueron recopilados en la misma, incluyendo el de Mohamed Ragragi. Aunque en un primer momento la intención de las autoridades era que el traslado pudiese materializarse antes del Ramadán, finalmente no podrá ser así. La repatriación quedaba totalmente paralizada al no haberse obtenido aún respuesta del país vecino, tal y como explicaba la Delegación en declaraciones a este periódico.
Ahora, marroquíes como Mohamed o Saloua quedan desamparados a la espera de una promesa que no saben cuándo se retomará. "Llevo más de un año insistiendo para volver a mi casa", recuerda el primero de ellos, sin olvidar que como él "otros 200" siguen en Ceuta sin saber cómo ni cuándo volverán a Marruecos. En su caso, explica que llegó para trabajar en un hostal de la Almadraba pero pronto se quedó en la calle, una vez que la situación sanitaria comenzó a empeorar. Desde entonces, vive con otras cuatro personas en esta misma barriada sin tener idea de cuándo podrá volver a reunirse con los suyos.
La desolación de no poder pasar con su familia un mes sagrado para ellos como es el del Ramadán es una de las penas que hoy inquietan a Mohamed. Saloua, que como él continúa en Ceuta, tampoco habría podido ni imaginar que la decisión de dejar su Tánger natal, en momentos previos a una inesperada pandemia, terminaría por enredarle en un nudo del que ya es muy difícil salir.
Donde estás las asociaciones islamicas para ayudar a esta gente??
Mucho rezar mucho ramadán y mucha hipocresía, musulmanes nooo sudáis, la gran mayoría ni estudia, viven de lo que viven os criticáis entre vosotros mismos y que ejemplo queréis dar??
Basta echar un vistazo para saber la clase de personas que sois.
Los cristianos se valen de eso que son igual o peores. No me creo nada de politicos ni de religiosos, todo mentira.