El proceso de traspaso de las competencias en materia educativa a todas las Comunidades Autonomías (concluido 2001), dejó a Ceuta y Melilla en una situación que cuanto menos podemos calificar de “incómoda”. El hecho (político) de que Ceuta y Melilla no sean Comunidades Autónomas, lo que implica que no puedan tener competencias exclusivas (ni pueden legislar), dejó nuestra educación como una “competencia residual” de un Ministerio que desde entonces trabaja desde una perspectiva muy distinta a la de la gestión. Este es el origen de buena parte de nuestros problemas. Desde entonces, han cambiado los Gobiernos, han pasado por los cargos de responsabilidad decenas de personas, todas (o casi todas) ellas cargadas de “buenas intenciones”; pero el resultado ha sido siempre el mismo: un rotundo fracaso. Porque no estamos ante un problema de ideología o de personas, sino ante el clamoroso fracaso de un modelo de gestión. Acabar de una vez por todas con este despropósito es una necesidad inaplazable.
Siendo conscientes de que el cambio (político) para conseguir que Ceuta pueda asumir directamente las competencias es inviable actualmente, la intención es implantar un modelo alternativo al actual, inspirado en la idea de aproximarnos lo más posible a los modelos de gestión existentes en todas las Comunidades Autónomas incorporando todos sus elementos esenciales. En concreto, nos proponemos:
En la actualidad la gestión de la competencia educativa en Ceuta figura, en el organigrama del MEFP, como la letra “k” de las funciones asignadas a la Dirección General de Planificación Educativa, que, como es lógico, tiene que atender otras 12 competencias que nada tienen que ver con Ceuta. Las tareas están diseminadas por diferentes negociados sin orden ni concierto, y evidentemente, sin coordinación alguna. Como dato, entre curioso y pintoresco, podemos decir que las obras e infraestructuras dependen de un órgano ¡del Ministerio de Cultura! En estas condiciones es imposible hacer las cosas bien. Conseguir un cambio de formato se ha convertido en una de nuestras principales urgencias. Lo razonable es que en el organigrama ministerial aparezca, con identidad propia, una Dirección General que se ocupe en exclusiva de los asuntos de Ceuta y Melilla.
El profesorado de Ceuta y Melilla es el único de España que carece de una mesa sectorial de negociación propia (instrumento para desarrollar el mandato constitucional del derecho de los trabajadores y trabajadoras a negociar y, en su caso, pactar, sus condiciones laborales). Esta anomalía es consecuencia de haber quedado relegados a ser una competencia residual del MEFP.
"Pieza clave del modelo que proponemos es la descentralización de la Dirección Provincial"
De esta manera, mientras en todas las comunidades autónomas tienen la capacidad de negociar el valor de su complemento específico, o las mejoras en las condiciones de jubilación, o la valoración de los sexenios; en Ceuta nos regimos por los mínimos establecidos en las leyes generales. Dicho de manera clara y sencilla, nos están robando un derecho. Vamos a luchar para corregir definitivamente esta arbitrariedad, aunque para ello sea menester introducir cambios legislativos. La Mesa de Negociación de Ceuta y Melilla tiene que ser una realidad
Una pieza clave de este nuevo modelo que proponemos es la “descentralización de competencias” en la Dirección Provincial. La gestión de personal, las contrataciones, o los programas informáticos, se gestionan actualmente desde “Madrid”, lo que equivale a decir, de manera muy lenta e inapropiada. Lo que deberían ser, por su simpleza, actuaciones ágiles y rápidas, se convierten en incomprensibles obstáculos para el funcionamiento de los centros o de la propia Dirección Provincial (por ejemplo, la cobertura de una vacante de un o una ordenanza por jubilación). La Dirección Provincial debe tener capacidad para gestionar directamente todas estas cuestiones.
En consonancia con lo expuesto en el apartado anterior, debemos plantearnos la actualización de la Plantilla de personal administrativo de la Dirección Provincial como un objetivo a corto plazo. Es necesario redimensionarla, pero también llevar a cabo un proceso de “revalorización” de los puestos de trabajo.
"Ceuta y Melilla no tenemos ni Consejo Escolar ni mesa sectorial propia"
No es razonable que una administración que gestiona una competencia que afecta a más de 20.000 alumnos, 1.500 profesores y 40 centros educativos, disponga de una plantilla casi ridícula que, además, es la peor pagada de Ceuta con diferencia. Esta situación tiene una incidencia directa muy negativa en el desarrollo de nuestra vida profesional.
Ceuta y Melilla son los únicos territorios de España que carecen de un Consejo Escolar. Este es un órgano de indudable importancia en el ámbito educativo, ya que es el único canal de participación social en el diseño de las políticas y estrategias educativas para adecuarlas a las características de cada territorio. En una Ciudad como Ceuta, dolorosamente líder en fracaso escolar en España, sería muy útil contar con un órgano para debatir sobre la forma de abordar eficazmente la lucha para superarlo (como objetivo por excelencia); así como para definir y plantear propuestas de planificación educativa que respondan a una realidad tan especial como la de Ceuta. En la actualidad existen obstáculos legales para constituir un Consejo Escolar de Ceuta, ya que la legislación no lo contempla (por el mismo problema de “no tener competencias”); pero eso no es óbice para poder introducir la modificación legislativa pertinente y acabar, de una vez por todos con esta nueva (y van…) injusticia.
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