Mismo color, distinto escenario

 Los 25 candidatos recompensados con su acta de diputado tras la apertura de las urnas la noche del 24 de mayo están convocados esta mañana, a partir de las 9:30, al acto institucional que, en la práctica, alza el telón de la legislatura.

Déjà vu para 13 de ellos y debut institucional para los 12 restantes, la Asamblea que echa a andar hoy conservará el tono monocolor de la anterior, el del Partido Popular y su nueva mayoría absoluta, la cuarta consecutiva, pero el reparto de sillones decretado por los electores abre de par en par las puertas a una nueva etapa. Las matemáticas vuelven a sonreír al PP, la formación hegemónica desde que arrancó el siglo, pero la ventaja antaño estratosférica ha visto caer el listón hasta los 13 diputados, el límite para afrontar en solitario el poder –salvo sobresalto inesperado– hasta el horizonte de 2019. La primera etapa, como marca el protocolo, hará desfilar por orden alfabético a los 25 diputados para prestar juramento o promesa de acatación de la Constitución y del Estatuto de Autonomía. Para algunos como Juan Luis Aróstegui será la enésima reedición. También, por ejemplo, para Mabel Deu, la única superviviente del primer Ejecutivo que conformara Juan Vivas allá por 2001 tras arrebatar el poder al GIL. Por aquel entonces fue viceconsejera y ha enlazado consejerías sin cesar, con el premio de ocupar en la última lista del PP el segundo puesto. En el otro extremo, los debutantes. Doce en total tras la aparición, a última hora, de Manuel Hernández en el Grupo Socialista como relevo inesperado del dimitido José Antonio Carracao. Se estrenarán en las batallas parlamentarias Francisco J. Guerrero, Fernando E. Ramos, Jacob Hachuel y Néstor García en el PP; Nuria Miaja, Mayda Daoud y el propio Hernández en el PSOE; Nayad Mohamed y Mohamed Haidor por Caballas; Reduan Mohamed y Uidad Mohamed por MDyC; y Javier Varga, el único diputado de Ciudadanos. El Reglamento de la Cámara obliga a unos y a otros a que, antes de colocar la mano sobre los dos tomos que encontrarán en la mesa, presenten ante el secretario del Pleno sus credenciales y las declaraciones personales de actividades y bienes patrimoniales. A sus espaldas, el diputado electo de mayor edad presidirá la sesión constitutiva. Estrenada formalmente la nueva Asamblea tras los juramentos, el protagonismo recaerá sobre Juan Vivas, que saldrá de la sala hoy convertido en presidente de la Ciudad por quinta vez (las cuatro que le han otorgado sus otras tantas victorias electorales entre 2003 y 2015 y la primera, en 2001 y de dos años, a mitad del mandato que arrancó en 1999). Si como ha aventurado en alguna ocasión enfila su última legislatura, se retirará en 2019 con 18 años de mandato adosados al currículum, un hito difícilmente reeditable en el futuro. Con debutantes e históricos, la legislatura debe ser, según el propio presidente, el escenario de un nuevo tiempo. El jefe del Ejecutivo local –ayer saliente, hoy entrante– ya aventuró la pasada semana que entre sus objetivos para el nuevo mandato incluye evitar, dentro de las reglas del juego parlamentario, una guerra de bloques, un “13 contra 12” que coloque a su bancada en una trinchera constante frente a una oposición que cierre filas y aúne esfuerzos consciente de que sus 12 votos, repartidos en cuatro siglas distintas, quedan a sólo uno del Gobierno pero con capacidad de hacer más ruido del acostumbrado. Los cuatro años por delante desvelarán si las reticencias Caballas-PSOE se liman en el nuevo escenario, o si MDyC y los de Ali serán capaces de un acercamiento aparentemente quimérico. También qué papel ocupará el enigmático Ciudadanos.Todo ello, a partir de hoy.