Las luces de la Feria de Ceuta se apagaron este pasado viernes y ahora solo brillan los desperdicios que se han generado en esta semana de sevillanas y diversión. Los operarios de limpieza del servicio de gestión de residuos Trace son los encargados de dejar impolutas todas las calles del recinto y sus alrededores, en el Paseo de la Marina. Desde que se le pusiera punto y final, este equipo tiene la misión de dejar este espacio igual que antes de las fiestas patronales para así colocar las pistas portátiles de fútbol y baloncesto.
Quince trabajadores recorren cada palmo del ferial desde las siete de la mañana. Hasta las 13.30 horas, los de Trace deben estar con escoba en mano, montados en la maquinaria o recogiendo la basura que otros han preferido dejar en el suelo y no llevarla hasta los contenedores. “Nos hemos encontrado muchos cristales rotos, residuos orgánicos y otros enseres”, explica uno de los trabajadores que está portando un panel de madera en dirección al camión que se sitúa en la calle principal del recinto, frente a la portada.
Al igual que el acerado, el interior de las casetas deben limpiarlo. Ya solo queda apenas el rastro de los farolillos, pero este no queda exento de suciedad, sino todo lo contrario. “Hasta el momento se ha sacado mucha basura, electrodomésticos e incluso un somier”, asevera una de las operarias. A la vez, añade que “nos hemos encontrado con tuberías reventadas a causa del cúmulo de residuos fecales”. Una imagen nada agradable, pero han hecho de tripas y corazón para quitarlo. “Esto es horrible, tenemos compañeros que han vomitado porque no han aguantado los malos olores”, afirma la capataz adjudicada en esta zona del recinto ferial. Estos hedores se acrecientan debido a las altas temperaturas de los últimos días, lo que lleva a que no se soporte demasiado bien estas labores.
Por otro lado, las moquetas que aún permanecen en el suelo esconden más basura. Esta no está al alcance del ojo humano, pero debe ser retirada. El cúmulo de desperdicios aún es considerable, “pero este sábado hubo más”, afirma la responsable. Sea la cantidad que sea, “no podemos dejar nada por medio, esta es nuestra misión, la de dejar limpio todo el recinto”, añade, mientras no pierde la vista de todo lo que hacen sus compañeros. Cada trabajador se convierte en una pieza clave de este engranaje casi perfecto. Uno barre, otro conduce el camión y otro pasa la manguera a presión para borrar todas esas manchas resecas que resisten en el suelo.
La basura se convierte en el principal enemigo a batir para los operarios de este servicio . A la misma vez que se limpia, se retiran las casetas con la mayor celeridad posible. Esta tarea la lleva a cabo ‘Feria y Eventos’, donde se encuentra Fabián Cuenca, uno de los encargados de esta empresa. No viene solo, sino que lo acompaña un grupo de trabajadores. “Este domingo hemos comenzado y tenemos hasta el próximo viernes para no dejar ninguna de las 32 ”, explica Cuenca.
Asimismo, añade que “lo primero es quitar las lonas y las vallas. Luego serán los hierros”. Esto se debe hacer paso a paso para no cometer error alguno. Despacio y con buena letra, poco a poco todo esto se irá retirando.
Las casetas desaparecen, como también sucede con la iluminación ornamental, siendo ‘Ximenez’ la empresa adjudicada para esta misión. Ya hay operarios subidos a las grúas que retiran las miles de bombillas que han dado color a este lugar durante siete días. En poco tiempo, no quedará ni rastro de lo que ha sido esta Feria, epicentro de la fiesta para los caballas. Lo único será el recuerdo de los buenos momentos que perdurarán en la mente de los ceutíes hasta el próximo año, cuando regrese esta cita con las mismas ganas e ilusión.
La cantidad de residuos que se ha generado en esta Feria se convierte en el claro reflejo de lo que ocurre en otros puntos de la ciudad autónoma. “Ceuta está muy sucia, no paramos de limpiarla. Estos días han sido horrorosos”, afirma Anisa Dris, operaria de Trace, quien lleva en la empresa desde hace siete años. Ella, que se encuentra con su escoba y recogedor por el Paseo de la Marina, comenta que “no ha habido día que este lugar no se llene de comida, alcohol y muchos plásticos”.
En esta difícil situación, también entra en juego el comportamiento incívico. “Suena feo decir que la empresa no trabaja cuando la ciudadanía no acompaña”, asevera uno de los operarios. A renglón seguido, el mismo trabajador sobre el terreno afirma haber visto como “las personas tiran la basura al suelo a pesar de tener un contenedor justo al lado”.
Basura y fiestas patronales han ido unidas de la mano, Trace ha estado al frente de que esta imagen no quede manchada. Ahora les quedan días de intenso trabajo hasta volver a la normalidad y dejar la zona como antes.
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