Ahora son las cuatro de la tarde en en Grecia. Llevo ocho días viajando por tierra de Filósofos, dioses, mitos y culturas que construyeron sociedades de las que hemos heredado parte de lo que somos.
Los griegos tienen un carácter parecido al nuestro; les gusta hablar, discutir, aprovechar el clima para salir a la calle, disfrutar la fiesta y amar la cultura.
Cuando llegas a cualquier restaurante te ofrecen un vaso de agua fría para aplacar los 44 grados y decirte que has llegado a casa y merece la pena tomarse unos minutos para que el alma vuelva al cuerpo y recuperar el aliento.
Hoy el guía nos habla de la democracia y el significado profundo que guardaba este sistema político.
La democracia griega se fundamentaba en dos principios básicos: la igualdad de derechos y la igualdad de palabra para todos los ciudadanos. El órgano soberano era una asamblea constituida por todos los ciudadanos: no hay más gobernantes que los mismos gobernados.
También había demagogos, sofistas que basaban el discurso en defender los intereses de los poderosos.
Cuando este CAÑONAZO llegue a Ceuta ya sabremos el veredicto de las urnas. Ahora en el autobús charlamos sobre el día después y las implicaciones que tendrán los resultados. Todos los viajeros votamos por correo y, de otra manera, estaremos en los colegios electorales correspondientes. No dejo de preguntarme el por qué Feijóo lanzó la palabra “pucherazo”; pues que sepa que de los 37 votantes los 37 votamos sin ningún problema.
Siempre hay iluminados que no creen en la legitimidad de los resultados y prefieren echar tinta (como hace el pulpo) para esconder su estrategia.
El lunes, pase lo que pase, no veremos cambios sustanciales; éstos empezarán a cocerse en en las sedes de los partidos con las reuniones poselectorales: pactos, yo te doy y tú me das, si me apoyas te doy esto y lo otro; y es detrás del telón en donde se fraguará en nuevo gobierno.
No sé si la mayoría votara a la derecha o a la izquierda, ignoro qué parte de los programas electorales se cumplirán o si mejoraremos la libertad, la convivencia, la justicia en una sociedad tan diversa y caleidoscópica como la nuestra. Así es el sistema político, que los que tomen las riendas sean controlados por la oposición y que los ciudadanos sepamos que nuestra confianza es prestada pero no vendida.
No renunciar a las conquistas es ir andando un camino que nadie tiene derecho a pararlo, no está legitimado para ello aunque tenga que ejercer labores de gobierno. Pensar que todos somos necesarios y que nuestras formas de vida serán respetadas es un valor seguro para darle fuerza al pueblo.
La calle controlará también al poder porque no nos callarán y con nuestra actitud iremos votando durante toda la legislatura.
Tenemos una constitución, somos parte de Europa, estamos en organizaciones internacionales.
El vencedor no dispondrá de un poder absoluto, no nos podrá tapar la boca y censurarnos porque tendremos mecanismos para defendernos de cualquier abuso.
Mañana seguiremos trabajando para mejorar como personas, como colectivo y con el orgullo de contribuir a ello.
Cito a Heráclito desde la Acrópolis:
“EL PUEBLO DEBE LUCHAR POR LA LEY COMO POR SUS MURALLAS” (Heráclito de Éfeso) Haciendo referencia a las ciudades amuralladas de la antigüedad, la ciudad visible es tan importante de defender de los enemigos, como esa otra ciudad: la invisible, que debe ser también resguardada.
No pasarán los fascistas, no pasarán los totalitarios, no pasarán los dictadores. De eso ya sabemos demasiado.
Desde las Termópilas ahí va este CAÑONAZO para mi amada Ceuta.
