La barriada Miramar Alto de Ceuta tiene más de 30 años y un ambiente muy familiar con un incremento de los nacimientos en los últimos años.
Los vecinos solían reunirse en el local social, una costumbre vecinal que no se lleva a cabo desde el COVID, según ha informado el presidente de la asociación de vecinos, José Ramos.
En época de pandemia se decidió adaptar el local según su uso, por lo que decidieron carecer de los servicios de luz y agua. Al retomar la vida normal tuvieron que adaptar el contrato de luz a “la nueva ley”, algo que les llevó más tiempo del esperado “entre unas cosas y otras”.
A día de hoy ya cuentan con luz y “en breve tendremos el contrato del agua”. Gracias a una subvención proporcionada por la Federación de vecinos han podido hacerse cargo de los gastos de estos contratos, pues la asociación de vecinos Miramar Alto aún no dispone de los socios pertinentes para cubrir estas necesidades.
La Junta directiva de la asociación está en conversaciones para tratar distintos temas como la captación de nuevos socios y actividades a realizar.
“Antes del COVID-19 la asociación contaba con bastantes socios y la cuota era de 1 euro al mes por vivienda. Ahora, hay que incrementarlo un poco más, seguramente a dos euros para poder realizar actividades y pagar los gastos”, informa.
Ahora mismo solo forman parte de esta asociación los miembros de la junta directiva. La intención es que “más pronto que tarde” vuelvan todos los socios que eran y retomar la unión vecinal.
“Contamos con muchas fotografías de gran cantidad de premios de carnavales y de actividades que hemos hecho”, añade Ramos.
Un local social es un sitio de reunión de los vecinos del barrio, donde todo el que sea socio tienen un sitio donde reunirse.
“Tenemos horarios para cada uno de ellos”, comenta, refiriéndose al distinto uso que mayores y jóvenes hacen del local.
Esta barriada se caracteriza por participar de manera activa en actividades, tanto a nivel de barriada como ajena a ella. “A través de la Federación de vecinos participamos en cruces de mayo, Halloween, ofrendas florales…”, cuenta.
“Es un beneficio poder contar con tu vecino de en frente al que durante el día no ves pero puedes encontrarlo en el local social”, relata.
El presidente de la asociación ha aprovechado para informar de que ya se ha entregado la documentación necesaria para la reforma de las fachadas en mal estado, solo queda esperar la subvención para que sea una realidad.
También cuenta con preocupación el estado de la plaza de la barriada. “Es una plazoleta muy grande en forma de U que está deteriorando los subterráneos y provocando filtraciones, se lo he comunicado a la Ciudad, lo están estudiando y confío en que pronto nos darán una solución”.
La puerta de hierro que separa Miramar Alto de Miramar Bajo es otra de las preocupaciones de este vecino debido a que supone un peligro por su estado de corrosión.
Pero, sea como sea, esta noticia es positiva, pues los vecinos de Miramar Alto volverán a realizar todas las actividades a las que estaban acostumbrados antes del COVID y regresarán a ese lugar de reunión en el que todos los vecinos crean un gran ambiente familiar.
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