Mala experiencia la que se llevó este domingo Jesús, un ceutí que en el viaje de regreso en barco desde Algeciras a Ceuta se encontró con algunos impedimentos, especialmente en lo referido a su padre, minusválido. Y es que, según su queja, "el barco iba tan lleno" que la situación fue difícil para él: esta persona mayor no podía salir del vehículo.
Todo sucedió en uno de los buques de Baleària este domingo por la tarde, cuando Jesús con su padre viajaban de regreso a Ceuta. En la taquilla, según explica, informó a la naviera de que iba acompañado de una persona minusválida, con los papeles correspondientes, para que así se supiera previamente y se reservara esa plaza.
La sorpresa mezclada de indignación fue cuando en la plaza reservada para minusválidos en el buque ya estaba ocupado por un vehículo que no portaba en ningún momento la acreditación correspondiente. Mientras esa plaza estaba ocupada por alguien que no lo necesitaba, Jesús y su padre tuvieron que poner el coche donde podían, "debido a que estaba lleno", y su padre, con movilidad reducida. apenas podía salir del vehículo por el espacio que había, con una columna prácticamente al lado del coche.
"El trato es inhumano", ha explicado esta persona tras lo ocurrido este domingo. Además cuenta que el ascensor estaba roto, por lo que una vez que pudieron sacar a su padre del vehículo, "moviendo todo lo que se podía", tuvieron que subirle por la escaleras con las dificultades que eso supone.
Presentada ya la queja, y con la duda de si escribirá a Consumo por lo vivido este domingo, Jesús se lamenta de que habiendo informado con anterioridad, ni tuviera la plaza reservada de minusválidos ni la pudiera usar por un vehículo colocado allí sin la acreditación correspondiente. Todo ello derivó en problemas para sacar a su padre del coche y, en definitiva, por un viaje cómodo.
Ocurre tristemente en las navieras y en la ciudad, aparcan por un "ratito", y los que llevamos tarjetas sin el sitio correspondiente.
Si pusieran los 200 euros de multa a quienes lo infrinjan se respetaría.
Lo de las navieras es una poca vergüenza, nos dejan los últimos, y cuando por fin llegamos ni sitio para acomodarse.
Esto sucede a diario. Otra de las prácticas habituales es aparcarte junto a la rampa de entrada mientras van llenando el barco. Cuando te dejan entrar, casi siempre las plazas de discapacitados están o bien ocupadas o inutilizadas por la rampa de acceso al segundo piso. Eso sin contar que no encuentras sitio ni en cafetería ni en las sillas habituales y.
Es responsabilidad de la empresa pasa también en parking de comercios etc ahora menos al no tener tanto coche de fuera pero aún se ve algún hijo de su madre que aparca donde no debería por el tema que es un flojo y un desaprensivo
Ocurre muchas veces, las navieras en el tema de movilidad reducida dejan mucho que desear.