Desde el lunes Milagrosa Olmedo se encuentra el frente del Decanato de la Facultad de Ciencias de la Salud. Así lo decidía la Junta Extraordinaria reunida para votar a la única candidatura presentada tras la inminente salida por jubilación de su anterior titular, Jesús Ramírez. Tras una votación en la que la mayoría de los presentes apostaba por la candidata, Olmedo se convertía así en la primera mujer en encabezar el equipo de Gobierno de la Facultad y, además, en la primera enfermera.
Su vinculación a la institución se remonta a más tres décadas, cuando empezó sus estudios en la antigua Escuela de Enfermería de la Cruz Roja y, posteriormente, en el 84 obtuvo su primer contrato para impartir docencia. Mucho ha cambiado desde entonces, confiesa. Sobre todo porque a los enfermeros no se les permitía acceder al grado de doctor, por lo tanto, en su caso tuvo que cursar Antropología para suscribirse a la línea investigadora.
Ha vivido la adhesión a la institución nazarí, el auge de la carrera de enfermería y su consolidación como “un referente nacional”. Ahora comienza una nueva etapa a la que llega con los deberes hechos. Es conocedora de todos los retos que se presentan, pero tiene claro que “luchará” para conseguir su objetivo: el crecimiento de la Facultad.
¿Cómo asume esta nueva etapa en la que es la primera mujer y primera enfermera?
Ser mujer es importante, aunque ahora hay muchas decanas. Pero ser decana enfermera es un reto, porque tenemos que dar a conocer el mundo paralelo de la enfermería que nos conforma como grado, como profesión.
Cómo enfermera, ¿qué puede aportar a la Facultad?
Lo primero, el conocimiento enfermero. Además desde lo multidisciplinar, ya que podemos trabajar con otros grupos de personas a los que poder aportarles ese conocimiento.
¿Cómo analiza la evolución que ha vivido enfermería en Ceuta y qué futuro tiene por delante?
Es totalmente positiva, tanto que hemos llegado a un Campus que para nosotros ha sido excepcional, aunque hemos perdido en cierta medida el contacto con el alumno, hemos crecido, tenemos 521 estudiantes. También lo hemos hecho en docentes y en disciplinas. Sin embargo, hemos dejado de ser una pequeña familia para convertirnos en un referente nacional y en un referente dentro del Campus.
¿Qué retos se presentan en esta nueva etapa?
Está claro que el desdoblamiento, porque de estos 521 alumnos, tenemos en el aula de primero 140, en segundo 118, en tercero 128 y en cuarto también sobre los cien. Eso no está contemplado en el reglamento de la Universidad. Este es un reto conocido por todos. La Ciudad se ha comprometido con la UGR a financiar las obras para la ampliación de las instalaciones, para las que se estima un período de dos años. De todas formas ya le comuniqué a la rectora que voy a estar encima para, al menos, establecerlo cuanto antes. Otro asunto imprescindible sería crear otro grado, ahora prefiero reservarme sobre qué titulación porque sería crear falsas expectativas, pero hay un proyecto porque es demandado por la sociedad.
¿Qué plazo de tiempo se ha establecido para comenzar con las gestiones de ese segundo grado?
Quiero empezar ya, al menos, tener las conversaciones para poder formalizarlo y que naciera con las nuevas aulas que se prevén. Es fundamental que crezcamos y nuestra Facultad se engrandezca. Además deberíamos ofertar un máster oficial.
La implantación de ese nuevo grado no se ve tan claro desde Granada. La rectora argumenta que exige un aumento de docentes y, por tanto, de presupuesto.
Evidentemente, pero el desdoblamiento también. Yo creo que en Granada se apuesta por ello, otro asunto es que saquemos los recursos. El ‘no’ lo tenemos, si los demás crecen, por qué nosotros no.
¿Qué líneas podrían ser más interesantes, atrayentes o necesarias para ese máster oficial?
El envejecimiento social es un tema imprescindible y necesario. Hay tres temas en los que la enfermería se va a mover y va a ser pionera en un futuro, y uno es ese, el envejecimiento saludable.
En la última Sesión Extraordinaria de Facultad solicitó de la rectora la creación de un gabinete psicológico. ¿Por qué es necesario?
La Universidad de Granada tiene uno para que alumnos, familiares y docentes puedan hacer uso de ese servicio. Pero nosotros aquí carecemos de ello y no podemos derivar a un estudiante a Granada. Sin embargo, sí que se presentan en nuestros despachos necesitados de ayuda y la única solución que podemos darles es derivarlos a su médico de cabecera.
¿Cuáles son los principales problemas con los que se presentan?
Soledad. Nos llegan muchos alumnos de 18 años que es la primera vez que salen de su casa. No registramos una tasa elevada de abandono, pero la tenemos sobre todo en segundo y tercero, ahí hay un problema, y cuando un alumno no viene a clase, algo está pasando.
¿Cómo resumiría este nuevo horizonte que se abre para la Facultad?
Es una etapa de madurez, de sencillez y, por supuesto, de ayuda. Necesito ayuda de los demás dirigentes, de la Delegación de Gobierno, de la Ciudad, de la Universidad de Granada, porque ya estamos establecidos en algo, ahora necesitamos nuevas andaduras. La visión que queremos dar no es enfermería, es nuestra Facultad de Ciencias de la Salud.