Este martes ha tenido lugar la inauguración oficial de las III Jornadas de formación y debate sobre violencia sexual a cargo de la consejera de Sanidad y Servicios Sociales, Nabila Benzina. La cita ha dado inicio a las nueve de la mañana en la Sala de Usos Múltiples de la Biblioteca Adolfo Suárez, en Ceuta, donde se han reunido decenas de profesionales de la ciudad que trabajan en este ámbito para ampliar sus conocimientos.
La consejera, acompañada por el primer ponente, Miguel Lorente, ha dado la bienvenida a todos los asistentes a estas jornadas “tan enriquecedoras”, destacando que "tendremos el privilegio de escuchar a expertos para ampliar nuestras miradas y descubrir enfoques innovadores que puedan aplicarse en nuestra realidad”.
En su opinión, todo esto es una oportunidad “para fortalecer una red de profesionales que puedan apoyarse y trabajar para construir una sociedad más justa y segura”.
Y es que, “solo a través del aprendizaje podremos seguir avanzando en nuestra lucha contra la violencia de género. Juntos podemos avanzar hacia un futuro libre de violencia. El cambio ocurre cuando muchos trabajan unidos”, ha concluido Benzina.
Tras estas palabras de la consejera, que se ha disculpado por no poder quedarse más tiempo, ha comenzado la primera de las ponencias a cargo de Miguel Lorente, doctor en Medicina y Cirugía, médico forense especialista en medicina legal y asesor del vicerrectorado de Igualdad, Sostenibilidad e Inclusión de la UGR.
Antes de comenzar su intervención, ha querido tener un recuerdo para las víctimas de la DANA en Valencia. Tras este inciso, ha comenzado su ponencia, que ha versado sobre ‘Masculinidad y violencia sexual: sexo o poder’.
Lorente se ha levantado para tener un contacto más cercano con el público y señalar que hay que “incidir en la construcción de la masculinidad y su papel en la violencia sexual” para entender lo que está ocurriendo hoy en día.
Según ha manifestado, “esa persona que lleva a cabo una conducta” como es la violencia sexual “está influida por todo lo que la construcción social y cultural establece como pautas”, destacando que “no estamos hablando de decisiones aisladas, si no de cómo esos hombres utilizan esos elementos que están en la sociedad”.
Antes de continuar hablando sobre la masculinidad y qué lleva a los hombres a actuar de ese modo, Lorente ha definido que la violencia sexual es “cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento”, agregando que se puede dar tanto en el ámbito privado como público.
Sobre esto último, ha señalado un dato muy relevante y es que el 45% de todos los hechos de violencia dentro de la pareja es violencia sexual. Hay más violencia sexual en la pareja que fuera de la pareja.
“¿Qué es la masculinidad? ¿qué es ser hombre?”, ha preguntado Lorente, asegurando que “el machismo es cultura, no conducta. Es la propia normalidad definida por esa cultura” entendida como “recursos cognitivos. Elementos que hemos ido pasando de generación a generación y nos organizamos y somos a partir de ese conocimiento”.
Es decir, “la masculinidad es el reflejo de esa creación cultural” y "esos conocimientos que nos hacen ser como sociedad” son los que nos llevan a actuar de un modo, ha señalado Lorente.
Y es que, según “los valores íntimos de esta construcción cultural, corregimos a las mujeres con la violencia, utilizamos a las mujeres con violencia”, aunque por suerte, “eso va cambiando con los años”, pero “no son cambios transformativos, si no adaptativos”.
Entonces, “¿qué significa ser hombre?”, ha preguntado de nuevo, y Lorente ha dado la respuesta a través de un diálogo de una película, en la que respondía que es “la capacidad de hacer lo que es debido” según lo que se considera correcto en la sociedad.
Además, ha hecho referencia a muchos ejemplos de personajes como Tupuria, McGregor, Mourinho o Alcaraz, donde hacen referencia en declaraciones propias a “los cojones” como algo que define “al hombre de verdad”. Lo contrario a eso sería “el hombre blandengue”, no te consideran “uno de los nuestros y entra en un espacio distinto a la masculinidad”.
“Nacemos hombres y luego podemos dejar de ser hombres si no usamos esa virilidad o no lo usamos en los términos que está establecido”, es lo que ha explicado Lorente sobre cómo se ve la masculinidad en la sociedad.
En resumen, “la masculina es ser reconocida como hombre por otro hombre, comportarse como hombre y hacer que otros se comporten como tal”.
Seguidamente, se ha preguntado “¿cuánto de sexo hay en el poder y cuánto de poder hay en el sexo?”. Para ello, ha puesto de ejemplo unas declaraciones Donald Trump en las que expresaba que “si eres rico y famoso, las mujeres se dejan tocar el coño”, transfiriendo así la culpa de la violencia sexual a las mujeres.
A raíz de esto, Lorente ha afirmado que “la violencia sexual no es sexo, es poder”.
Por otro lado, este profesional ha hablado de cifras reales, comenzando por un estudio en una universidad estadounidense en la que se les preguntaba a los jóvenes si violarían a compañeras si nadie se fuera a enterar y un 31,7 respondió que sí. “Eso es la violencia sexual, actuar sobre tu deseo, tu voluntad, sin tener en cuenta a las mujeres”.
Además, según otros estudios, en enero de 2023, un 21,7% de los encuestados aseguraron conocer a una mujer que ha sufrido violencia sexual y un 40% ya había sufrido la violencia sexual, lo que supone “casi la mitad de la población”.
Ante estas cifras tan alarmantes, Lorente ha lamentado que la actitud social “establece dos justificaciones: que la mujer provoca y que la mujer tiene la culpa”, de modo que “la sociedad lo tiene resuelto” y siempre echan la culpa a sus actitudes de lo que les pueda ocurrir.
Además, por desgracia, “la idea que la gente tiene de la violencia sexual no se corresponde con ello” porque el impacto más importante en la víctima es psicológico y no físico o si no denuncia de inmediato, ya se pone en duda.
Estos están entre los estereotipos más comunes en la sociedad. Con lo cual, “si ves que no hay daño físico, que se ha producido en casa y que es un conocido”, en muchas ocasiones crea “una desconfianza” sobre la versión de la víctima.
Todo estos estereotipos y creencias de la sociedad hacen que las cifras de denuncias de mujeres que sufren violencia sexual sean muy bajas. Sin embargo, gracias “al feminismo y a las mujeres, hay una crítica a este modelo y se está produciendo una transformación cultural, un cambio, que es visto por algunos agentes sociales como una guerra y hay una actitud reactiva crítica”.
El resumen, según ha manifestado Lorente, la actitud de los hombres en muchos casos viene dada por la cultura, donde existen muchos mitos y estereotipos, lo que llega a hacer que se produzcan casos de violencia sexual y se culpen a las mujeres. Muchas, al sentirse culpables, no denuncian y cuando se denuncia, es un proceso muy duro y en muchos casos no se condena, lo que genera desconfianza en el sistema, impunidad en el agresor.
“No hablamos solo de conductas individuales, sino de hombres que toman decisiones a través de lo que ven en el sistema”. Por ello, "no hay neutralidad, si no hacemos algo desde nuestra posición ciudadana, rompiendo con los estereotipos”, no se acabará la violencia sexual. “Tenemos que pararlo con acciones de prevención, identificación y con una respuesta clara” por parte del sistema, ha concluido Miguel Lorente.
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