Hace dos años, cuando estaba veraneando en un pequeño pueblecito alicantino y más concretamente en Villajoyosa, mi cuñado me presentó a una persona que podría rondar los 40 años. Este hombre desde el primer momento lo consideré interesante. Le vi un aura distinta a la de los demás. Y rápidamente me confirmó mis intuiciones. Se llama Óscar. Me condujo hacia una historia muy larga pero bonita e interesante desde el principio hasta el final. Tengo que advertir que verdaderamente sigue siendo una narrativa inacabada.
“Mi bisabuelo se llamaba Paco, era una persona invidente y ustedes dirán, bueno de esas tenemos por desgracia muchas en España. Pero que sea capaz de hablar con los ‘hermanitos’ como él les llamaba a las personas que estando muertas quieren ayudarnos en el día a día... Creo que de estas habrá muy poquitas en el mundo. Por eso él era muy respetado en esta comarca. Todas las personas de una cierta edad habrán oído o habrán estado con él. Consultándole cualquier cosa que hubieran deseado saber del futuro, del pasado o incluso del presente. Son personas que ven, oyen y son capaces de dialogar con estos seres. Los vellos se me erizaron. Como siempre, había encontrado un nuevo filón para poder tomar notas y luego estamparlo en este periódico.
Me presentó tres libretas gordas y unas pocas láminas de dibujos. Me dijo que antes de seguir hablando me convendría que leyera los manuscritos. Y eso fue lo que estuve haciendo en una fresquita terraza del paseo de la Vila. El viernes me pegué desde las ocho de la tarde hasta las dos de la mañana. Y el sábado en jornada continua de 10 de la mañana hasta las tres de la tarde y luego de 8 a 2 y pico. Siempre estuvo el presente durante mi lectura ya que la condición era que no podía hacer ni fotocopias, ni fotos tanto de las libretas como de las láminas. Y yo lo respeté.
Me siguió la historia diciéndome que una de las cosas más interesantes que tenía Paco era que cuando quedaba en trance hacía unos dibujos a lápiz preciosos. Al principio no le daba importancia. Su familia las cogía y las guardaba. Lo único bueno que creo que hicieron fue fecharlas por la parte de atrás. Y esto fue lo que indujo a mis familiares, empezando por mi abuelo Antonio, a estudiar y escribir todas las pesquisas que fueron haciendo. Las libretas son vigiladas y se seguía escribiendo en ella cada vez que se hacía un nuevo hallazgo sobre la obra de mi bisabuelo Paco. Por eso creo que te habrás dado cuenta que hay un total de tres tipos de caligrafía en los manuscritos. Se trata de mi abuelo Antonio, de mi padre José y de la mía Óscar. La herencia la recibimos dentro de dos órdenes: una por haber adquirido el “poder” de poder comunicarnos con los hermanitos y segundo, de tener ganas de seguir el legado tan bonito que nos ha dado nuestro pariente.
Mi bisabuelo era muy visitado y consultado por la población de la Vila y también por gente de fuera. Todo empezó cuando tenía aproximadamente los 26 años. Es una edad que parece que nos hace salir del huevo. Es decir, cuando nuestros poderes afloran con más fuerza. Él aparte de ayudar a la gente con problemas como mal de ojo, conocer el futuro, tomar decisiones importantes... veía cosas muy raras para los seres humanos de su época. Se adelantaba al futuro. Esto parece muy raro y te cuelga muchos interrogantes pero vamos a ir desgranándolo poco a poco hechos que han estudiado mis parientes. El primero que estudió mi abuelo Antonio fue una lámina muy bien conseguida donde se ve a un grupo de soldados con armas antiguas caladas con bayonetas y unos gorros que tenían en lo alto del casquete central como una lanza, con una actitud bélica. Era esto típico de las tropas de los alemanes. No debería de tener importancia pero cuando vemos la fecha en la cual pintó está lámina mi bisabuelo es cuando uno se pone a pensar en los grandes poderes que podía tener este personaje. Estuvo fechado el 13 de agosto de 1912. Dos años antes del inicio de la primera Guerra Mundial que fue el día 28 de julio de 1914. Yo, la verdad, que incluso hoy lo considero como una proeza el haber vaticinado este hecho histórico con casi dos años de antelación. Este descubrimiento le dio alas a mi abuelo a seguir investigando las olvidadas láminas que fueron confeccionados por mi pariente.
La incógnita principal era ¿cómo una persona ciega podía hacer estas obras de arte? Aún hoy todos nos quedamos petrificados por la habilidad de Paco. Aunque mucho tiene que ver por los visitantes que tenía el siempre en casa.