He recibido del Secretario de la Hermandad de Veteranos de Ingenieros de Ceuta, Comandante Diego Prieto, buen amigo mío, una comunicación informándome de la inauguración el día 14 de marzo, a las 12´00 horas, de un monumento en los frondosos Jardines de la Argentina de Ceuta, en homenaje al Regimiento de Ingenieros nº 7, que Ceuta le dedica; adjuntándome un SALUDA de los coroneles jefe del Regimiento y Presidente de dicha Hermandad invitándome al acto oficial, en nombre del Comandante General de Ceuta. El acto será presidido por el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, general de ejército Fernando Alejandre Martínez. Y el amigo Prieto, me sugiere la ocasión propicia por si deseo escribir un artículo.
El homenaje a Ingenieros me produce honda satisfacción, porque en numerosos artículos tengo expuesto que ingresé voluntario en dicha Unidad el 1-09-1958 cuando se denominaba Grupo de Transmisiones nº 1 de Ceuta, con sólo 16 años, donde permanecí 5 años y 4 meses en el ya derruido Cuartel Las Heras. En él consumí lo mejor de mi juventud; obtuve dos ascensos militares, más la formación técnica en cinco especialidades de Transmisiones: Radiotelegrafista de 2ª y de 1ª, Teletipista, Celador de Líneas y Jefe de Centro de Comunicaciones, trabajando mucho con emisoras radiotelegráficas: Marconi, MK-II, Angri 9, SCR-193, AN/PRC 6 y 9 y C-11.
Mi propósito inicial fue hacerme profesional del Ejército. Pero cuando ya me correspondía asistir al curso de Sargento, teniendo el número 1 de mi promoción de Cabos Primeros, suspendieron el curso por dos años. Luego, fui destinado a una emisora radiotelegráfica de El Pardo. Allí reorienté mi futuro hacia la vida civil, aprobando una oposición al Ministerio de Hacienda, siendo destinado a Ceuta. Alternando trabajo con estudios, finalicé primero la carrera de Graduado Social y después la de Derecho. Ello me permitió poder promocionarme, tras aprobar, sucesivamente, otras tres oposiciones hasta acceder al Cuerpo Superior (Grupo A1). En 2011 me jubilé con casi 70 años, con 51 de servicios al Estado, de ellos 27 en Ceuta, los 11 últimos como Presidente de los Tribunales Económico-Administrativos de Ceuta y Melilla, simultáneamente.
Mi paso por Ingenieros me dejó una huella muy marcada. Trabajé con antiguos compañeros con alta cualificación profesional, compartiendo con ellos servicios, vivencias, quehaceres, vicisitudes, avatares y acrisoladas virtudes que la vida castrense enseña. Ello hizo nacer en mí un sólido espíritu de compañerismo y solidaridad con Ingenieros, porque conviviendo juntos dentro de un cuartel es como mejor se crean entre sí estrechos lazos de amistad, afecto y admiración, como acredita que, transcurridos ya 55 años desde que pasé a la vida civil, todavía mantengo con aquellos ex compañeros relaciones de mutua amistad.
Debido a esa vinculación con Ingenieros y sus antiguos miembros en Ceuta, cada año por San Fernando suelo dedicarles un artículo aquí en El Faro por San Fernando, Patrón del Arma. Pero esta vez lo hago para adherirme solidariamente al merecido homenaje que el próximo día 14 se les tributa; aunque igualmente lo he hecho en otros casos puntuales. En mi libro “Ceuta, pasado y presente”, que en 2009 me publicó el Instituto de Estudios Ceutíes, el Capítulo X lo titulo “Servicios prestados a Ceuta por el Arma de Ingenieros”. Y, al menos en cuatro ocasiones, yo mismo había sugerido, de “motu proprio”, que dicho Regimiento fuera distinguido con un monumento que reconociera los relevantes servicios prestados a Ceuta.
Concretamente, en otro artículo publicado en 2011, entre otras cosas, expuse lo que de él entresaco: “…Movido por aquel viejo espíritu de Cuerpo que hace ya casi 60 años adquirí y todavía conservo, me permito volver a reiterar mis anteriores sugerencias en relación con los Ingenieros de Ceuta, para que en esta ciudad les sea erigido un monumento, monolito, estatua, o la digna figura que quiera dársele, en señal de reconocimiento y gratitud hacia el Arma de Ingenieros, que tantos buenos servicios ha prestado y tanto bien ha hecho aquí en Ceuta y en el antiguo Protectorado español en Marruecos.
El Regimiento de Ingenieros de Ceuta es una de las Unidades que más ha contribuido a la defensa de la ciudad, cuando tantas veces fue sitiada y también tantas veces pudo ser eficazmente defendida gracias a la construcción de fortificaciones, numerosos fuertes, instalación de minas, puentes, carreteras, comunicaciones telefónicas y radiotelegráficas con la Península y con el Protectorado que, prácticamente, hacen la ciudad inexpugnable. Y, a mi juicio, esa es una deuda que Ceuta tiene de antiguo contraída con dicho Regimiento, máxime cuando a las demás Armas y Cuerpos con toda justicia se le ha erigido ya un monumento, como La Legión, Regulares, Caballería, Artillería, Guardia Civil, quedando sólo Ingenieros.
Por tanto, creo que sería justo, razonable y objetivo que parecido homenaje también se haga extensivo a los Ingenieros militares, ya que lo contrario supondría mantener con ellos un injusto agravio comparativo, que estoy seguro que la justicia del caso no escapará a la indubitada sensibilidad y justa apreciación de las autoridades de Ceuta, que creo acogerán esta modesta sugerencia mía con la atención e interés que suele caracterizarles y que dicho Regimiento tanto merece. A tal efecto, me consta que también la iniciativa ha sido ya formulada por varios coroneles Jefes del Regimiento, con más sólidos fundamentos que los que aquí expongo.
A la vez, también me permito volver a sugerir – en este caso al Estamento militar – que sea instituido en dicho Regimiento el Día del “Ingeniero de Honor”, al igual que ya se ha hecho en otros Cuerpos, a fin de que puedan ser objeto de similar distinción aquellas personas, militares y civiles, que de alguna forma hayan cooperado, promovido, fomentado o prestado destacados servicios a Ingenieros, o que por cualquier otra causa sean merecedoras de tal galardón que, sin duda, sería bien acogido por la población ceutí, dada la unión entre pueblo y ejército que aquí siempre ha existido, y que ayudaría a mantener y fomentar aun más esa modélica simbiosis cívico-militar que en Ceuta se da”.
Entre los méritos y circunstancias por los que considero que los Ingenieros militares son acreedores a tal homenaje, destaco los siguientes: En 1713 se creó en Ceuta la Academia de Matemáticas con profesores Ingenieros militares, que también poseían el título de Ingeniero civil, a fin de acometer la construcción de toda clase de edificios militares y públicos, como hospitales, templos, cuarteles, etc. El 7-10-1723, el rey Felipe V mandó a Ceuta al teniente general Jorge Próspero Verboom, Ingeniero General, permaneciendo hasta abril de 1774, para organizar y dirigir los trabajos de fortificación de la ciudad. Por entonces, se realizó el planeamiento urbano de la Almina y de la Junta de Obras del Puerto; construcción del Parque de San Amaro y todas las defensas del Campo Exterior. El primer Ingeniero militar muerto en Ceuta realizando obras de fortificación fue José Reyes en 1720. En 1770, el teniente coronel de Ingenieros, Juan Caballero Arigorri, elaboró otro proyecto de fortificación de Ceuta.
En la Guerra de África 1859-1860, los Ingenieros militares construyeron numerosas torres y fuertes para vigilancia de la frontera y defensa de Ceuta, que entonces fueron considerados como únicas fortificaciones de su clase en el mundo y uno de los mejores ejemplos de la arquitectura militar; como los de Piniés, O’Donnell, Cisneros, Renegado, Benzú, Isabel II, Aranguren y Mendizábal (estos dos últimos deben sus nombres a la muerte en guerra el 9-12-1859 del comandante de Ingenieros Fernando Aranguren, y el 4-02-1860 del capitán Plácido Mendizábal, cuando dirigían su construcción). También el Renegado; reducto de la cabila de Ányera. Baterías de costa: Torremocha, San Antonio, Valdeaguas, Cuesta del Hacho, Pintor, Molino, Cerros Mosquero y del Obispo. Monolito de Plaza de África erigido a los muertos en dicha guerra, construido por el capitán de Ingenieros José Madrid Ruíz. Construcción del ferrocarril Ceuta-Tetuán y carretera con el mismo itinerario de 43 kilómetros, donde murieron oficiales, suboficiales y tropa de Ingenieros que trabajaban en las obras.
Tras la batalla de Castillejo en 1860, los Ingenieros militares reconstruyeron el viejo camino Ceuta-Tetuán, salvando los numerosos cursos de aguas que lo cortaban y fortificando las posiciones que iba ganando nuestro Ejército. Edificaron el Frente de Tierra; Revellín de San Ignacio; cuarteles de Ingenieros en calle Cervantes, Las Heras, de la Reina, Monte de Ingenieros, El Jaral, Barracones del Campo Exterior; Hospitales Resl y Docker; el Serrallo; camino de Ceuta al Fondak; Comandancia de Obras de Ingenieros y Parque de San Amaro.
También en 1860 sólo existía en Ceuta el pequeño desembarcadero próximo a San Juan de Dios, llamado Muelle Principal, después Muelle de Comercio y actualmente Muelle de Pescadores, hasta que los Ingenieros militares iniciaron el diseño y construcción del Puerto de Ceuta, encomendado por Real Orden de 23-11-1860 al teniente coronel de Ingenieros Ángel Romero Vals la redacción del “Proyecto de Obras necesario para la mejora y abrigo del Puerto de Málaga”, luego modificado en 1897 por una comisión de Ingenieros dirigida por el coronel Nicolás Cheli, constituyendo el primer hito de la posterior construcción de dicho Puerto. Después se hizo cargo de los trabajos y terminó su construcción el ingeniero Civil José Rosende, Director del Puerto desde 1904 hasta 1929, y alcalde de Ceuta desde 1928 hasta 1931.
En 1884 el capitán de Ingenieros O´Ryan Vázquez, trabajó muy activamente en la fortificación de Ceuta, participando en los combates para su defensa. En 1900 Ingenieros de Ceuta construyeron el Museo Municipal en Paseo de Revellín. En 1910 vino destinado a Ceuta el Regimiento de Zapadores Minadores, del que el Regimiento de Ceuta es legítimo sucesor, creado aquél por el extremeño Manuel Godoy siendo primer ministro de España. En 1913 Ingenieros de Ceuta construyeron el ferrocarril Ceuta-Tetuán, realizando las obras de tanteo y trazado el capitán Armando Pinto y el Teniente Jiménez, siendo la construcción dirigida por el comandante Manellas, con un ancho de vía de 1,44 metros, adaptado al europeo. Realizando obras en el Biutz-Kudia Federico murieron el 29-06-1916 el coronel jefe del Regimiento de Ingenieros José Padrós, el teniente Vicente Gallo y el Sargento Salas. Entre 1909 y 1919 construyeron fuertes y defensas en el Protectorado español en Marruecos, como Afersuan, Monte Negro, desfiladero del Rincón del Medik, Puente Negro, Restinga y obras de la llanura de Río Martín.
En materia de Transmisiones, la labor de Ingenieros en Ceuta fue ingente; pero apenas me queda espacio para resumirla. Destaco que la Central Telefónica del Cuartel Las Heras fue nudo de comunicaciones de Ceuta con la Península y el Protectorado. Me satisface enormemente poder referir que mi tío, José Caballero Higuero, teniente de Ingenieros (luego capitán) fue el responsable de dirigir el tendido telefónico y telegráfico de los Subsectores de Tánger, Larache y Arcila entre 1943 y 1945, siendo persona muy capacitada y solvente profesionalmente y muy humanitaria, al que tuve especial cariño y gran admiración. Igualmente, Transmisiones hizo un amplio despliegue de emisoras radiotelegráficas en Tetuán, Larache, Arcila, Kudia Taifo, Kudia Federico, Rincón del Medik, La Condesa, Restinga, Punta Leona y Dar-Riffién, que aseguraban las comunicaciones de Ceuta con el Protectorado. La de Dar-Riffien, tuve la suerte de tenerla bajo mi responsabilidad entre 1959-1960 como Cabo jefe de Estación, con cuatro Radiotelegrafistas que cubríamos las comunicaciones del Tercio Duque de Alba, II de la Legión.
Recuerdo que los toques de cornetín en Ingenieros para atención y llamada finalizan siempre con la musiquilla de identificación: “¡Los Ingenieros trabajan!...”. Y su compromiso con el trabajo responde al lema: “Facta, nom verba” (hechos, no palabras).Todo ello, creo que justifica mi satisfacción por haberse hecho ahora realidad el reconocimiento a Ingenieros que tantas veces yo mismo sugerí. Vaya, por todo ello, mi felicitación y enhorabuena a los Ingenieros de Ceuta por tan justo y merecido homenaje. También a la Ciudad Autónoma por haberles hecho justicia con su reconocimiento. Al Comandante General y coroneles jefe de Ingenieros y de la Hermandad, por haber impulsado y gestionado la concesión de tan preciado galardón; junto con mi profunda gratitud por haberme invitado a los actos oficiales.
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