El PP es experto en eso de mezclar política y miedo. Saben que es una bomba explosiva y ‘juegan’ con ella. Cuando se trata de abordar el fenómeno de la inmigración es cuando alcanzan el máximo nivel en su especialización. No se preocupan más que de activar una maquinaria para hacer que la población equipare inmigración con ataque, por eso preñan sus notas oficiales de términos como ASALTO, HOSTILIDAD, ARMAS SOFISTICADAS. En esto nadie les gana. Son los números 1. ¿Recuerdan esa imagen del secretario de Estado y el mando de la Guardia Civil mostrando las cizallas como armas sofisticadas?, ¿y esa cara de preocupación a modo de pose? Pocas imágenes superarán la desvergüenza de ésta. Pero no se alarmen, nos queda mucho por ver. El grado alcanzado en esta transformación de la verdad al criterio de los que nos mandan no ha hecho sino empezar. La toxicidad política siempre ha rodeado al mundo de la inmigración y lo seguirá haciendo.
Ayer marchaban cerca de 80 personas de una de esas entradas que, según la Delegación, fueron hostiles y violentas. Yo solo vi hombres que han luchado por integrarse y tristeza en la despedida. También amor y respeto. Pero bueno, será que yo veo una realidad distinta, alterada por la pureza que estilan quienes saben de todo y manchan instituciones con apreciaciones de este tipo. Pueden seguir haciéndolo, otra cosa es que consigan que la población acepte esas tesis. Lo hará un sector, el mismo que es capaz de condenar antes de ser juzgado, el mismo que etiqueta a las personas por su origen. Estamos acostumbrados, a esto y a la hipocresia. Ellos ven miedo e intoxicación, yo ayer solo vi ganas de luchar.