Es difícil mantener una postura alejada de esa generalización que siempre está equivocada. Y lo está porque ni todos pueden ser malos ni todos buenos. En algunos asuntos gusta demasiado el extremismo y la sociedad, no sé por qué, prefiere situarse en el plano del error en vez de optar por la reflexión.
Será porque lo segundo cuesta trabajo y lo primero es movido únicamente por impulsos. En el caso de los menores extranjeros no acompañados, los reducidos a MENA, siempre puede el impulso. Antaño se les llamaba mofetas (término incluso expuesto por concejales en sesiones plenarias).
Antaño se les escondía en el Hacho para que no frecuentaran las calles con la mano y el pegamento, porque llegaban unas elecciones y aquello podía ser un escándalo. Eran finales de los 90 y se actuó mal, movidos por el error, por los impulsos y la falta de razón.
En los plenos ya no se habla de mofetas pero se permite que prevalezca una corriente de opinión que hace mucho daño
Ahora tampoco hemos cambiado mucho. En los plenos no se habla de mofetas pero se permite, con erráticas acciones, que prevalezca una corriente de opinión que hace mucho daño. Sencillamente porque se sostiene sobre falsedades, bulos, opiniones no contrastadas.
¿Qué tal si contamos que hay inmigrantes que sacan cuchillos después de tender emboscadas en las calles con cajas de cartón? Eso pensaría más de uno cuando llenó los distintos foros en Facebook con falsas informaciones para conseguir, y lo hizo, su repercusión.
¿Qué tal si insistimos en que determinados delitos los cometen los MENA y tapamos la realidad de las estadísticas y los datos? Eso pensaría más de uno frotándose las manos con sucesos de mayor o menor calado que han tenido a menores extranjeros de protagonistas.
El sistema no responde con la reflexión porque eso supone un esfuerzo, replica con impulsos que llevan a posicionamientos no solo desacertados sino delicados y peligrosos. Hablamos de menores, solo eso. Sin etiquetas, aunque no venda y además esté malo visto. No es difícil aunque las mareas nos arrastren hacia todo lo contrario.