El Ministerio de Educación y Formación Profesional (
MEFP) ha elaborado un estudio a fondo de los espacios disponibles en todos los
centros escolares de Ceuta para contemplar todas las posibilidades con vistas al restablecimiento de la jornada lectiva a jornada completa a partir de septiembre, una decisión que en cualquier caso seguirá sometida pese a ser su objetivo a la evolución de la situación epidemiológica y de la campaña de vacunación contra la enfermedad del coronavirus.
Las conclusiones preliminares del análisis han ratificado lo obvio, que no hay sitio para mantener desdoblados los grupos salvo en centros como el CEIP Príncipe Felipe, que este curso también ha mantenido las cinco horas de clases presenciales diarias.
La vuelta a ese régimen horario, que la consejera de Educación de
Melilla dio ayer prácticamente por hecho, dependerá, por tanto, en realidad, de los criterios que el MEFP establezca con el Ministerio de Sanidad sobre distancias de seguridad en las aulas y uso de mascarillas y si las primeras podrán ser eludibles con la utilización de tapabocas.
Según las fuentes consultadas por este periódico, para facilitar el retorno a las jornadas ordinarias
también sería clave la disposición de medidores de CO2 y purificadores de aire en los centros, aparatos que la Ciudad se comprometió a adquirir y que se han quedado en un limbo después de la que Intervención pusiese reparos a su adquisición con el reparto de subvenciones directas que se planteó inicialmente, que tampoco ha sido reemplazado ya de hecho por un concurso en condiciones.
La Ciudad Autónoma tendrá, en todo caso, al margen de que cumpla o no con ese compromiso de dotación sanitaria para los centros, un papel clave en la decisión que se adopte finalmente sobre la jornada escolar, ya que es la competente en materia de Salud Pública.
En septiembre del año pasado, pese a asegurar que discrepaba del desdoblamiento matutino a tres horas por tuno, el Gobierno local dijo que se sometía a los criterios del MEFP, que marcó una distancia mínima interpersonal de 1,5 metros entre estudiantes (imposible de mantener en las aulas saturadas de la ciudad autónoma) salvo en grupos estancos de hasta quince alumnos.
No obstante, en realidad el Ministerio de Educación había establecido que se podría flexibilizar el máximo del alumnado para los grupos de convivencia estable “siempre que la autoridad sanitaria de Salud Pública de cada autonomía así lo autorizase.