, ha vuelto a aparecer en Ceuta. Para más inri, en la misma zona que la otra vez: en aguas próximas a la barriada del Sarchal. Los voluntarios del Centro de Estudios y Conservación de Animales Marinos de Ceuta (CECAM) han vuelto a encontrarla nadando plácidamente por estos lares. Este avistamiento ocurre solo cinco días después de que fuera encontrada por primera vez, también por el equipo del CECAM, y en los alrededores de esta barriada. En el vídeo que han grabado muy cerca del ejemplar, se ve el tamaño considerable que tienen las medusas de esta especie. El vídeo, de corta duración, muestra al animal nadando a media profundidad en las aguas de nuestra ciudad.
No obstante, y a pesar del tamaño que tienen estos animales marinos, su picadura apenas causa una leve irritación, aunque con unos brazos que pueden alcanzar los dos metros de largo, las posibilidades de que pique son mayores.
En declaraciones al periódico El Mundo en 2012, el científico del Centro Oceanográfico de Murcia, Ignacio Franco, razonó el por qué tenía la teoría de que la picadura de esta especie era prácticamente inofensiva. “Pertenece al mismo genero que ‘Rhizostoma pulpo’, otra especie mucho más pequeña con la que suele confundirse, por lo que lo más probable es que el tipo de células urticantes sea el mismo y su picadura cause una leve irritación pero no produzca herida, como otras medusas”, declaró a este medio.
Esta medusa también tiene fama de viajera. Si bien el Mediterráneo es el entorno preferido por el que se mueve, y también nada en aguas del Atlántico en la zona próxima a Portugal, pero ha llegado a ser vista en Sudáfrica. Hasta 2013, cuando se llevó a cabo un estudio por parte del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (CSIC), no se tenía certeza de que la ‘Rhizostoma luteum’ fuese característica del Mediterráneo. Desde que se impulsase el trabajo liderado por la investigadora Laura Prieto, se han recogido más de 150 avistamientos de esta medusa desde 2001.