Disminuir el riesgo de incendios al romperse la continuidad horizontal y vertical de la vegetación y retirar los pinos quemados en aquel fatídico verano de 2019 en el que dos incendios dejaron muy tocado el monte de Ceuta. Esa es la finalidad de la Consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos, que encargó a Obimasa la realización de desbroce y faja de cortafuego en García Aldave, concretamente en los aledaños del Mirador Isabel II.
Un acción basada en el Plan Técnico de Defensa contra Incendios Forestales de la Consejería de Medio Ambiente, un documento que tiene como principal objetivo la conservación de los hábitats y la biodiversidad de los montes y su protección frente a los incendios forestales mediante selvicultura preventiva.
Actuaron en zonas próximas al mirador de Isabel II como medida de prevención
Se trata de una importante labor que desempeñan cada año los operarios de Obimasa junto con las Brigadas Verdes en materia de prevención contra los incendios forestales que, sobre todo, se suelen dar en época de verano.
De ahí que este pasado miércoles los empleados estuvieron acondicionando el terreno y haciendo una ardua labor para evitar posibles riesgos en el monte y disminuir al mínimo la posibilidad de un incendio que volviera a golpear con fuerza nuestra ciudad.
En 2019, sin ir más lejos, se produjeron dos incendios en un corto periodo de tiempo, que han hecho que todavía no se haya podido recuperar del fuerte daño que produjo en la zona. Por ello, los operarios también retiraron y cortaron muchos de los eucaliptos y pinos que entonces se quemaron y que ahora suponen un peligro al poder venirse a bajo con facilidad.
Todo con el fin de evitar posibles incendios de cara a la subida de temperaturas que poco a poco se va asentado en nuestra ciudad al igual que lo ha hecho la primavera, así como fomentar el uso público del monte al hacerlo más transitable y atractivo.
Esos son, según Medio Ambiente, los objetivos de las actuaciones que se están llevando a cabo en el monte y que tanto han dado que hablar en las últimas semanas, unos trabajos que comenzaron el año pasado y que se extenderán hasta 2022.
En definitiva, una importante labor la de estos trabajadores para evitar que la ciudad tenga que lamentar en un futuro un incendio de gran envergadura como los que ocurrieron el verano de 2019.