Me gustaría darte un beso antes de tu partida. Saber tu decisión antes que nadie me diga la marcha hacia una nueva vida, esa que te la juegas por intentar hacer tu imaginación en una realidad.
Muchas vidas han partido y muchas han conseguido tener en vilo a toda una familia.
Las añoranzas de no estar junto a los tuyos son tan grandes que aunque tú no pienses, los tuyos sí que lo están haciendo por su hijo, enamorado o familiar.
La vida feliz es con los tuyos y si no es viable hay que advertir tu marcha hacia esa ilusión de la Coca-cola, una sonrisa que puede tornarse en disgustos. Pero pensar es de personas viejas, los jóvenes solo se mueven pajo impulsos del momento, donde la moda es el día y mañana será tarde para tomar una decisión. Los ojos saltan de nuestras órbitas si te proponen subvenciones, donde tú solo cuentas billetes nuevos y relucientes, que no se parecen a tus tripas con falta de alimentos.
Muchas vidas han partido y muchas han conseguido tener en vilo a toda una familia
Sueño despierto en un lugar con libertad y mis ganas son una palanca donde solo hace falta la oportunidad, y por un barco donde te la juegas o sales bien, sales a una deriva tan bonita y caliente que las tostadas con mantequillas te parecen una ridiculez fuera de un país donde lo que hace falta es tener paciencia y ganas de no encontrar una bofetadas por nada y justificada por la Ley sin libertad.
Salgo deprisa y no miro para atrás y se me olvida ese beso que solo debo a mis padres, que me dieron esa promesa donde estoy ahora incurso.
Me voy y vendré algún día y si me acuerdo ya te haré un reembolso a esa cuenta vacía de cariño y abrazos de un hijo que se va y volverá, si Dios quiere, alegre o buscando su lado dentro de nuestra familia.