“Me fascina Ceuta, un lugar singular, ciudad europea en territorio de África”

Afable y sonriente, Nick Hannes saluda al periodista en la Plaza de la Constitución bajo la impasible mirada del Hércules. La estatua sirve como alegoría de su próximo libro: un recorrido histórico-fotográfico que le llevará por todo el Mediterráneo, desde Gibraltar a Ceuta. Las dos columnas cierran un mar que el profesor, artista y aventurero pretende retratar, como ya hizo con las antiguas repúblicas soviéticas, por las que viajó durante un año entero para confeccionar un libro anterior.
–Explíquenos los proyectos que le traen a Ceuta.
–Estoy aquí unos días trabajando en dos asuntos. El primero es un reportaje para un magazine belga sobre las ciudades de Ceuta y Melilla: su historia, la particular posición geográfica en la que se encuentran, las cuestiones inmigratorias,... Pero lo más importante es que quiero incluir a Ceuta y Melilla en mi nuevo libro, un proyecto personal con fotografías e historias de todos los países que bordean el Mediterráneo.
–Esos son muchos países.
–Sí, son unos veinte países, incluidos algunos muy pequeños, como Mónaco, o problemáticos, como la Franja de Gaza. El libro prestará especial atención a lugares diferentes, ya sea por singularidades políticas o geográficas. Es el caso, por ejemplo, de Chipre, una isla dividida entre turcos y grecohipriotas. También la situación de Ceuta y Melilla, ciudades europeas en territorio africano. Me fascinan este tipo de sitios.
–En su búsqueda de sitios diferentes, ¿qué partes de Ceuta ha recorrido estos días?
–Bueno, llegué desde territorio marroquí y conocí la frontera, una experiencia increíble, entrar de repente en Europa desde África. También he recorrido el Monte Hacho, estuve en Benzú, el Tarajal, visité el CETI y esta mañana pude conocer la valla acompañado de la Guardia Civil. También he visto el centro de la ciudad, que es muy bonito.
–Cuéntenos cuáles fueron sus impresiones la primera vez que cruzó a Ceuta desde Marruecos.
–Llegué el viernes y había mucha gente esperando para cruzar, tanto a un lado como al otro. Muchos eran porteadores, pero también había gente que venía por las rebajas. Muchísima gente junta y después todas las barreras, alambres, etc. La verdad es que me sentí como cruzando un ‘check-point’ entre Palestina e Israel. Estaba fascinando en ese ambiente tan dinámico. Como fotógrafo es un lugar muy interesante, pero muy difícil para trabajar. Tuve que ser muy cuidadoso con la cámara, cuando enfocabas la gente reaccionada muy rápido de forma desagradable.
–¿Y cómo ha sido el recorrido por la valla?
–Intenté recorrerla sólo, pero me acabé encontrando con carteles que impedían el paso, por ello necesité la asistencia de los guardias civiles. Entre otras cosas, quería fotografiar la situación cerca del Tarajal, pero es muy difícil porque los porteadores no quieren ser fotografiados, desconfiaban de mí. Es muy interesante ver como llevan los bultos atados al cuerpo o atestando los coches. Este tipo de cosas es lo que me interesa plasmar en mi trabajo.
–También ha estado en el CETI, otro sitio diferente.
–Ver el CETI fue impresionante, aunque yo ya había visitado centros similares en Bélgica y es más o menos lo mismo. La misma cara de frustración en los africanos, que vienen en busca del gran sueño europeo y al final se queda en nada. Me interesan mucho sus historias. No soy político y no tengo soluciones para el tema de la inmigración, pero estoy convencido de que no puedes pararla mediante barreras u otros sistemas similares, siempre encontrarán una vía por la que pasar.
–Según lo que ha observado, ¿considera grave la situación inmigratoria en Ceuta?
–Creo que el problema es más grave en Europa continental que en Ceuta. Aquí tienen la valla y la inmigración está bajo control, la gente opta por otras vías para entrar en Europa. Este invierno el Gobierno de Bélgica dejó a dos mil personas por las calles porque no tenía hueco en los centros de refugiados e inmigrantes.
–Y los ceutíes, ¿cómo nos describiría como sociedad?
–Me gusta mucho la gente de Ceuta. La mezcla entre personas cristianas y musulmanes. Me han dicho que también hay judíos e hindús, pero no he tenido oportunidad de conocer esa realidad. Aquí todo el mundo va a los mismos restaurantes, se hablan sin problemas ambas lenguas, es bonito ver la mezcla. A cada sitio donde voy me encuentro con gente muy diferente. Musulmanes con cristianos, modernos con tradicionales, es muy interesante.
–Ahora usted marcha a nuestra ciudad hermana, Melilla, ¿qué piensa que encontrará allí?
–Pienso que más o menos encontraré lo mismo que en Ceuta. Supongo que será la misma atmósfera, territorio español rodeado de Marruecos. Bueno, sé que Melilla es más plana que Ceuta, llena de montes, y quizá tome fotofrafías diferentes. Pero si hubiera tenido que elegir entre visitar una de las dos, hubiera optado por Ceuta, porque es una de las Columnas de Hércules. El plan de mi libro es empezar desde el Peñón de Gibraltar para recorrer todo el Mediterráneo hasta el segundo pilar, el ‘Yebel Musa’, al lado de Ceuta.