A principios del siglo XVIII, cuando cesa la construcción de templos y catedrales, se inicia la reconstrucción del ser humano y la reedificación de su conciencia. Es el nacimiento de la Masonería especulativa. Los fundamentos ideológicos de esta Francmasonería filosófica se basan en la práctica de una ética universal como lazo de unión entre todas las personas.
La Masonería proclama la Fraternidad universal, inspirada en un espíritu pacifista, y el esfuerzo de quienes la integran se centra en borrar los prejuicios de todo tipo. Se trabaja en desterrar conceptos como el de raza, o las distinciones convencionales de origen, nacionalidad o creencias, el fanatismo, la superstición o los dogmas. La Masonería, desde sus inicios, lucha por el progreso pacífico y libre de los pueblos.
La Masonería proclama la Fraternidad universal, inspirada en un espíritu pacifista
Además, trabaja por el derecho eterno y universal por el cual toda persona debe desenvolverse libre e integralmente con todas sus facultades y concurrir al esfuerzo de todos para hacer del género humano una sola familia hermanada, unida por el amor, la ciencia y el progreso.
Si algo define perfectamente lo que representa el ideal masónico, es el artículo I de la Constitución del Gran Oriente de Francia.
“La Francmasonería, institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresiva tiene por objeto la búsqueda de la verdad, el estudio de la moralidad y la práctica de la solidaridad; trabaja por la mejora material y moral, por la perfección intelectual y social de la Humanidad. Tiene por principios la tolerancia mutua, el respeto para con los otros y para consigo mismo y la libertad absoluta de conciencia.
Considerando las concepciones metafísicas como dominio exclusivo de la apreciación individual de sus miembros, rechaza toda afirmación dogmática.
Otorga una importancia fundamental a la Laicidad y tiene por divisa: Libertad, Igualdad y Fraternidad”. Dicho de otra forma, desde la Francmasonería se entiende que se trabaja por una sociedad en la que la Libertad sea la base, la Igualdad el medio y la Fraternidad el fin. En definitiva, el objetivo final es la emancipación del ser humano.
Quienes integran la Masonería “conjugan” en primera persona el concepto de tolerancia mutua, por muy diversos que sean los planteamientos.
De hecho, cualquier visitante que llegue a los locales del Gran Oriente de Francia en París se encontrará con esta frase del autor de ‘El Principito’, Antoine de Saint-Exupéry: “si no piensas como yo, Hermano mío, lejos de ofenderme, me enriqueces”. Ese es el principio de la Francmasonería: construir, entre todos y todas y desde los ángulos más diversos, una sociedad en la que la tolerancia y el apoyo mutuo sean una constante.
Este es también el empeño del Triángulo Hércules de Ceuta, una formación masónica que se enmarca dentro de la tradición de la Francmasonería liberal, adogmática. Contacto con la Masonería ceutí Las personas interesadas en contactar, o que deseen más información, pueden hacerlo a través de la siguiente dirección de correo electrónico: info@masoneriaceuta.com o en la web www.masoneriaceuta.com.
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