L a petición que tiene prevista el presidente Vivas de solicitar un barco de la Armada si la situación empeorara desde el punto de vista de presión asistencial sobre el Hospital Universitario en relación con el coronavirus es trabajar con tiempo como ya señaló recientemente el mismo jefe del Ejecutivo. En una de sus comparecencias vino a decir que durante estas semanas se había demostrado que cuando se era previsor las cosas terminaban saliendo mejor. Es cierto que, hoy por hoy, nuestra ciudad no necesita un barco de la Armada como le sucede a Melilla porque hay diferencias importantes. No en cuestión del número de afectados donde poco a poco nos vamos igualando, pero sí en medios sanitarios. Tengamos en cuenta que contamos con una HUCE que se construyó pensando en la Ceuta del futuro, mientras que a Melilla se le ha quedado pequeño su centro hospitalario y por esta razón le están construyendo otro. La UCI melillense es muy pequeña a diferencia de la de Ceuta donde aún sobran camas y además tenemos la posibilidad de ampliación aprovechando la Sala de Reanimación o la Sala de Cirugía Mayor ambulatoria. Pero lo mismo sucede con el caso de los respiradores. Según los datos manejandos apuntan a que en Melilla nada más que cuentan con once respiradores mientras que en Ceuta, tras los datos ofrecidos por la Dirección Territorial del Ingesa, contamos con cuarenta sin señalar otros que se podrían aprovechar de militares o clínicas privadas. Por tanto, bueno es que tengamos todo previsto por si al final hace falta solicitarlo de verdad.