A sus 99 años, Catalina Guillén, más conocida como Cati, es la persona más longeva de la barriada del Sarchal, aunque sus raíces están en Benzú, donde nació.
Cati es una persona muy religiosa y alegre. Desde pequeña ha conocido el trabajo del campo y ha forjado una personalidad muy trabajadora algo que, según ella, es lo que la mantiene viva.
Según Guillén, su infancia “la pasaba guardando cabritas en Benzú, por la carretera de arriba que va al Hacho”.
Cuenta que las cabras saltaban por lugares muy altos y que ella “no era una cabra para saltar”, por lo que tenía que dar una gran vuelta hasta llegar donde estos animales estaban.
Procedente de una familia humilde dedicada a ganarse la vida con los animales, reconoce haber sido muy feliz rodeada de cabras y burritos, así como limpiando el corral en el que vivían.
“Cuando estaba en el colegio, en la hora del recreo venía el maestro y me avisaba de que tenía que ir a guardar las cabras”, añade.
Catalina cuenta que le habría encantado poder seguir estudiando. De haber continuado, se habría dedicado a la enseñanza de la palabra de dios, maestra de catequesis.
Esta mujer todoterreno es conocida en Ceuta por su religiosidad, con la que dice ayudar a las personas a través de la oración.
Su hija, Rosalía Benítez, ha relatado que la gente acude a su madre para que rece por ellas y las ayude a cumplir sus plegarias.
“Es San Antonio, no tienes nada más que rezar tres padres nuestros y en seguida te lo concede”, confiesa.
Cati nació en 1925, se casó con 29 años y tuvo su primera hija con 30. Cuenta que quedó enamorada de los ojos negros de su marido, con el que ha compartido su vida hasta que falleció.
Tuvieron seis hijos, cuatro chicos y dos niñas. Juntos trabajaron muy duro, siendo la única familia chatarrera del Sarchal, donde han sido muy conocidos.
Tras la muerte de su marido, Cati no volvió a enamorarse ni iniciar una relación. Y no será por falta de pretendientes, pues según esta casi centenaria, “salen más novios de mayor que de joven”. Asegura que no quiere novios ni “por escrito”.
¿Cuál será el secreto para llegar a los casi 100 años?, Catalina Guillén lo tiene claro; trabajar mucho. Cati, se dedicaba junto a su marido a la chatarra, pero también se encargaba de la limpieza de distintas casas de militares, médicos…
Trabajar no es el único ingrediente para vivir tanto tiempo, comer clara de huevo frito y muchos potajes también lo son. Guillén, a día de hoy, continúa comiendo absolutamente de todo.
A Catalina siempre le ha gustado cantar y a sus 99 años todavía se anima.
Guillén, cuenta lo que hace en su día a día. “Cuando me levanto me despejo la cara con agua fría y ya se me quita todo el tormento que tengo en la nuca. Friego todos los platos en la pila, y friego todo, aunque mi hija no quiere que trabaje”, explica.
“Aquí la tenemos, que nadie sabe de ella nada más que ustedes que habéis venido a visitarla, pero que sepan que todavía está viva y que tiene mucha salud y muchas ganas de vivir”, relata Hamido Mohamed, amigo de la familia.
Mohamed describe a Cati como “buena persona, servicial, un modelo de persona y muy trabajadora”.
Catalina y su familia son conocidos por haber estado al frente de la única chatarrería que había en la Ciudad Autónoma de Ceuta.
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